Aunque los británicos hayan decidido autoexpulsarse de la unión europea, y sean como ese hermano/a díscolo que quiere hacer las cosas a su modo, y diferenciarse de la familia, es indudable que compartimos con ellos una gran cantidad de señas de identidad. Problemas reales, humanos, dramas que tocan la sensibilidad de la persona más encallecida, en un entorno reconocible, que nada tiene que ver con las megaurbes y poblaciones de las series policiacas USA, gente normal, cotidiana, nada de chicos y chicas de buen ver. Policias que no portan más armas que una porra extensora y un spray , presumiblemente de pimienta, que se arman más de experiencia , intuición y conocimiento de su entorno que del arsenal propio y la violencia en su actuación de la NYPD o LAPD del otro lado del charco.

Happy Valley te zarandea, te dirige un directo al estómago, con verdaderos dramas reales, creíbles, que sacuden a la familia de la inspectora Catherine Cadwood, una heroína de andar por casa con un corazón más grande que su drama personal, que es mucho decir. .La actriz, Sarah Lacanshire, de 10 , la fotografía, iluminación y puesta en escena tipical british, con lo que está todo dicho. Una de las mejores series de la década