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España España · Santurtzi
Voto de benatespina:
8
7,8
5.206
Documental Extraordinaria historia del viaje de Bob Dylan desde sus raíces en Minnesota hasta la época de sus comienzos en los cafés del Greenwich Village, pasando por su sonada ascensión al estrellato del pop en 1966. Joan Baez, Allen Ginsberg y otros comparten sus pensamientos y sentimientos sobre el joven cantante que cambiaría para siempre la música popular. Incluye entrevistas exclusivas y, además, secuencias y actuaciones inéditas. (FILMAFFINITY) [+]
4 de febrero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se juntan las dos pasiones de mi vida como es el caso del cine y la música, y encima esa unión se lleva a cabo por Scorsese (la reencarnación de la grandeza del cine) y Bob Dylan (la persona que reinventó el folk uniéndolo con el rock’n roll) el resultado es simplemente genial. No Direction Home, la frase de la nombrada mejor canción de la historia por la revista RollingStone “Like a Rolling Stone” es la escogida para dar nombre al documental que durante más de tres horas nos muestra como han sido los inicios y la ascensión a la cima musical de uno de los más prolíficos artistas de la historia, como es Robert Allen Zimmerman. Martin siempre se ha caracterizado por dotar a sus historias con bandas sonoras de calidad (por todos es bien conocida su amistad con la banda de Mick Jagger), por lo que estos últimos años, llevando esa virtud un poco más lejos, ha comenzado a ofrecernos valiosos documentales.

No Direction Home es una fuente de incalculable valor que enlaza mucha y personal información sobre Bob Dylan con los inconfundibles toques de dirección con los que Scorsese no nos deja de sorprender jamás. La historia está dividida en dos partes para que su larga duración no sea un obstáculo para el espectador, y mucho menos un elemento de pesadez. En ningún momento se idolatra la figura de Dylan y eso es muy de agradecer; el documental muestra al artista de Minnesota tal y como fue, con sus defectos y sus virtudes. La muestra de detalles como no dejar salir a cantar con él a Joan Baez, con la que había compartido escenario en innumerables ocasiones, y el pasotismo que mostraba delante de los medios de comunicación, más propio de las posteriores estrellas punk como Sid Vicious o Joe Strummer, hacen que observemos un Dylan más humano, y no el superhombre, profeta… que nos han intentado vender desde siempre.

Personalmente, es una obra que he disfrutado mucho, en mi caso la vi en dos tardes y después de ello, llevo un par de días recreándome todavía más con las canciones del genio de Duluth. Espero que se ruede la segunda parte de No Direction Home para acabar sabiéndolo todo sobre Dylan, rodada preferiblemente por Scorsese.
benatespina
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