Película castiza donde las haya y con dos actores del rollo de pura cepa, el Pirri y el Manzano, rescatados por el mismo Eloy de la Iglesia para la actuación, sin embargo esa actuación también pudo ser su perdición y darles el parné para ponerse ciegos, pues vivieron en época convulsa. José Luis Manzano es un gran actor en realidad, se mete en la película de manera absolutamente natural y en esos momentos dramáticos es donde ves que era un buen actor. En realidad, la ficción no se halla tan lejos de la realidad, pues en los 80, el jaco pegó muy duro en una juventud ávida de movida y de desfase. Genial radiografía del momento, la primera es muy buena, pero segundas partes también lo fueron.