Evidentemente, esta película no va a ganar un Oscar al mejor guion original, pero refleja lo que fue el espíritu salvaje de las pelis de acción de los 80; con unos tipos tan duros que cuesta creer que sean de tan solo hace 35 años. Y los malos, tenían la peor pinta que un malo haya podido tener a lo largo de la historia, eran auténticos malos futuristas de los años 80; con solo verles cruzarse de acera era poco...
No entiendo tanta mala reseña y puntuación, ya sabían lo que había, no ponía comedia romántica por ningún lado; y como peli de acción ochentera que es, cumple con creces su cometido: ambientes sórdidos, gente siniestra, tipos duros, estética futurista... Y ya se sabe que el crimen es una plaga y yo soy la cura.