Escenas memorables por lo risibles: al buen hombre le han secuestrado la esposa para matarla, y todo lo que se le ocurre es ponerse de charla con los niños para saber qué ha pasado en ese pueblo y dar catequesis en la iglesia para convencerlos de que lo que hacen no está bien. Es que se olvida por completo de ella hasta que el niño Job saca el tema. Bien.

Cuando empieza la ceremonia del sacrificio la noche del 19º cumpleaños de un chaval, les suelta otra catequesis sobre el bien y el mal, y los chicos que llevan tres años con su fanático estilo de vida asesinando a todo adulto, se empiezan a mirar entre ellos con expresión de "vaya, pues igual tiene razón...". Muy volubles estos niños...
Por fin el señor rescata a su esposa, y en mitad del corro de niños armados le dice a voz en grito: "¡Corre, escóndete en el granero!". Ahí he tenido que soltar una carcajada inevitable.

Al preguntarle el hombre a Job qué página de la biblia estaba leyendo el policía que mataron, por supuesto el niño la llevaba en el bolsillo. Se la había guardado encima durante tres años por si algún día alguien le preguntaba por ella...
Y acaba felizmente con los cuatro riéndose y haciendo bromas como si no acabaran de escapar a la muerte, destruído un demonio (¡¡con fuego!!), arrasado un pueblo maldito y dejado atrás a docenas de niños. La pareja adopta a los niños buenos y todos felices. En fin.