En ocasiones, para darnos cuenta de que determinados logros no son tan fáciles de acometer como parece, hace falta que su imitación lo haga (un poco) peor. Y la 1° y 3° entrega de la 'Trilogía del Cornetto' no son la excepción a la regla.
'Little Monsters' parece haber sido hecha deliberadamente para certificar que ni Abe Forsythe es Edgar Wright, ni el australiano Alexander England es Simon Pegg (tal vez más guapo, eso sí) y ni mucho menos el crispante (y crispado) Josh Gad goza de la cercanía, la autenticidad y el inconfundible 'charme' de gañanazo de Nick Frost: pese a eso, el encasillamiento de Gad en papeles de tipo cargante y repelente juega aquí a su favor, interpretando al presentador de un programa televisivo infantil.
La oscarizada Lupita Nyong'o encara voluntariosamente la incompatibilidad de su habitual registro de mujer hostigada por situaciones extremas en una primera mitad atemperada a un look happy de pelo cardado, vestuario monocromático y chillón y una personalidad jovial. La cosa pinta progresivamente mejor para Nyong'o cuando el tono limón de su atuendo converge al de rojo sangre -o rojo mermelada-, y el giro del relato le exije una fisicidad más afín a su duro temperamento.
A pesar de que la comedia gore es un género arraigadamente oceánico -eminentemente Australiano o Neozelandés-, y sin negar que al menos 4 o 5 gags sí funcionan, Abe Forsythe no dispone de la tenacidad, el gamberrismo o la acidez de los primeros Edgar Wright, ni tan siquiera de un Ben Weathley. Pese a sus limitaciones, logra levantar un pasatiempo distraído.