Apretarle las tuercas o tocarle las narices al forastero equivocado, a ese tipo callado y solitario que desvía la mirada y no busca problemas con nadie, es una premisa tan antigua como el propio cine de acción. Reutilizar ese mismo relato, pero organizando una emboscada de todos los malotes del pueblo contra el protagonista es un recurso tan antiguo como el propio western.
Phil Broker (Jason Statham) es un ex-agente de la DEA que se muda a un pequeño pueblo del Sur para escapar de su pasado. Pronto se romperán la paz y la tranquilidad cuando Phil se meta en líos con Gator (James Franco), un traficante de meta que trapichea por la zona.
A Stallone ya le colgaban demasiadas canas en 2013, tanto para calentarse la cabeza más de lo necesario en la escritura de otro distraído producto de serie B como para ponerse delante de la cámara al servicio de un guión propio -basado en la novela de un tal Chuck Logan- en el que no habría desencajado como actor hace 15 o 20 años. Ni nadie se lo iba a reprochar a esas alturas, teniendo en cuenta que, dentro de su agenda, siempre oculta bajo la recámara el retorno de alguno de sus tres personajes más explotados: Rocky Balboa, John Rambo o el mercenario actioner Barney Ross.
Poco más que contar de 'El protector' (2013, Gary Fleder), salvo que, unos años antes de que los Hermanos Russo la rescataran para 'Stranger Things', Winona Ryder se aferraba a un clavo ardiendo con tal de trabajar. O que las palabras 'complejo' o 'prejuicios' no figuran en el vocabulario de James Franco a la hora de aceptar papeles cuya remuneración sirva para financiar sus propias producciones en cine ('The disaster artist') o television ('The deuce').