Que me perdonen algunos pero, en lo que se refiere a "cine dentro del cine" esta película es infinitamente superior a "El crepúsculo de los dioses". Cierto que su carácter "episódico" tan rígido le quita a veces un pelín de fuerza (además de que los episodios tienen una estructura muy similar) y que hay escenas, como la del accidente, un poco extrañamente rodadas. Pero creo que son pequeños detalles dentro de una gran película. La puesta en escena y los movimientos de cámara son muy del cine musical, que era el territorio por excelencia de Minnelli, y hace un trabajo de quitarse el sombrero. Además, el retrato que hace de Kirk Douglas no me parece que sea el de un hijoputa que habitualmente se interpreta cuando se comenta esta peli. Es un personaje excesivo, ambicioso, lleno de luces y sombras, un cabrón a veces, sí, pero aunque me joda reconocerlo también le debo mucho. El título del relato original en el que está basada creo que lo define muy bien, "Tributo a un mal hombre" (mucho más acertado que eso de "Cautivos del mal", que suena muy bien, pero es muy inexacto). Y creo que eso es lo que presenta Minnelli, para que el espectador saque sus propias conclusiones. Además, es una historia que podría estar ambientada en cualquier ámbito, no tiene Hollywood la exclusiva de la ambición y el hijoputismo.

El reparto, por su lado, hace un gran trabajo. Kirk Douglas siempre está excelente, Lana Turner (que no siempre me gusta) hace quizá una de las mejores actuaciones de su carrera, Gloria Grahame está estupenda en un papel cortito, y luego está el acierto de contar con actores de menos relumbrón pero gran oficio (a veces infravalorados) como Walter Pidgeon, Barry Sullivan, Dick Powell o Gilbert Roland.

En fin, mucho se ha escrito ya sobre esta peli, así que no me enrollo más. De visionado obligatorio.