Una sorprendentemente buena película de Christopher Smith que muy pocos esperan. Más todavía viendo su reparto y el nivel interpretativo bastante mediocre que rodea toda la cinta, además de ese ligero tufo a película de asesinos para adolescentes.

Triangle basa su éxito en una idea que parece genial pero que en el fondo ya hemos visto varias veces. Nos da igual, porque al terminar seguimos teniendo esa sensación que sólo dejan los buenos thriller. Por una vez, el director consigue que la forma en que se cuentan las cosas sea muy efectiva aunque al final estire el chicle demasiado y deje abiertos demasiados interrogantes. Es precisamente esa forma de contarlo tan simple y facilona lo que transforma la película en una notable producción. Las ideas de Christopher Smith, aparentemente alocadas, son fáciles de ver a pesar de las idas y venidas que se producen durante toda la película, y eso a día de hoy no deja de ser un mérito importante.

Melissa George es lo único medianamente salvable del reparto. No es que haya un prodigio interpretativo pero sí que acaba despertando el interés del público. Lo contrario pasa con el resto de actores, que parecen todos sacados del reparto de Ghost Ship o de House on Haunted Hill.

A pesar de que Christopher Smith descubre el truco de magia demasiado pronto acaba consiguiendo que sus últimos cuarenta y cinco minutos sean bastante trepidantes, y eso que el final no acabó de llenarme. Valoré además muy positivamente el hecho de que se rodara de día, con esas panorámicas tan atractivas de las aguas cristalinas y puras donde dan ganas de zambullirse en vez de las típicas tormentas marítimas que acompañan a cada aventura que traiga consigo alguna maldad para sus protagonistas.

Un thriller muy recomendable, con muchos altos y algún que otro bajo. Altamente recomendable en todos vuestros universos alternativos.