Una película muy irregular que no sabes si amarla o mandarla quemar -nunca mejor dicho-. El Imperio del Fuego empieza muy fuerte, y lo hace desde una premisa bastante interesante más propia de una colección de libros épicos que de una mera película aislada. Rob Bowman sienta buenas bases, pero la destroza a mitad de la película con la llegada del "ejercito".

Después de haber visto unos buenos pasajes que nos contextualizaban entramos en un cúmulo de decisiones un tanto cuestionables. Digamos que El Imperio del Fuego es una película que se disfrutaba más viviendo dentro de los refugios que saliendo al exterior a pelear, y no es en absoluta culpa de los dragones, bastante bien llevados a la pantalla con unos efectos especiales digitales en un buen estado de forma.

Quizá oscura de más, en un sentido muy literal, El Imperio del Fuego es una película considerablemente olvidable, pero también mucho más interesante de lo que quizá cabía esperar.