Buena película de acción que si nos paramos a pensar no deja de ser una clásica película de acción de los años ’80, solo que bien rodada.
El estereotipo salta al primer vistazo, película de acción en la que el protagonista retirado de una profesión como agente secreto, marine o soldado necesita recuperar el tiempo perdido con su hija debido a que la profesión le impedía tal acto. Por supuesto el protagonista esta divorciado y tiene un sentimiento de inferioridad para con el nuevo esposo de su mujer y el estrato social en el que ella ahora se mueve.
Como en toda película de los años ’80 de este estilo, la hija es secuestrada y el personaje principal se ve obligado a retomar sus artes intimidatorias y violentas con el único objetivo de salvar a su hija bajo cualquier precio.
Bajo este argumento que bien podría derivar en una película de cualquier estrella de acción de la remencionada década como Schwarzenegger o Stallone, nace esta película, con un Liam Neeson cuya expresión facial no acaba de ayudarle pero que se desenvuelve sabiamente. Típica historia de venganza y acción pero que tiene un buen hacer generalizado muy positivo para ella y para el espectador, el cual se verá entretenido durante toda la película por su duración y ritmo más que adecuado.
En definitiva, película de acción que si bien no es la mejor de la historia cumple perfectamente con su cometido.