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España España · Albacete
Voto de NeoJ:
8
Acción. Thriller El día de su boda, una asesina profesional (Thurman) sufre el ataque de algunos miembros de su propia banda, que obedecen las órdenes de Bill (David Carradine), el jefe de la organización criminal. Logra sobrevivir al ataque, aunque queda en coma. Cuatro años después despierta dominada por un gran deseo de venganza.
2 de junio de 2008
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La venganza es uno de los temas preferidos del cine y ha contado con miles de representaciones de la misma, casi en todas sus facetas posibles. El primer volumen de Kill Bill es una demostración de buen hacer por parte de Tarantino como pocas veces se ha visto en el cine reciente. Una suma de influencias que convergen en un producto fabuloso que ve en su parte final su máxima expresión. La secuencia en el restaurante final es ya parte de la historia del cine, al menos de la historia del cine contemporáneo.
Todo desprende una esencia japonesa de manera increíble ya desde los propios títulos de crédito iniciales. La música, las peleas llenas de acrobacias así como la excepcional pelea de sombras, los propios diálogos, el alegato de una memorable Uma Thurman tras haber cercenado las extremidades de los 88 maníacos en un baño de sangre, las coreografías largas e intensas y la propia historia en sí, emanan un sentimiento nipón como pocas veces se había conseguido en una película americana.
Está de más decir que el haberse respetado los diálogos en japonés suma puntos a la producción, así como el capítulo de anime. Una historia tan simple que acaba siendo un arma de doble filo ante la necesidad de hacer algo grande de ella, y Tarantino lo consigue, con sus travellings, sus planos secuencia, el uso de recursos solo vistos en otras producciones que distan del comercial Hollywood y sus fuentes de sangre tan irreales como pretenciosas que consigue no desvirtuar el conjunto de la película, unidos a unos diálogos marca de la casa que si bien no se acercan a las anteriores películas del director dejan su esencia en algunos momentos. Lo mismo ocurre con el perfil de los personajes, excéntricos en su totalidad pero que no acaban de dejar una huella memorable salvo la protagonista principal.
Kill Bill es una película que gustará a gran parte del público, y que despertará la casi irrefrenable necesidad de asistir a la conclusión de la trama en su segundo acto. Grandiosa en su totalidad.
NeoJ
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