Creo firmemente que en el registro se confundieron y en vez de registrar a Park Chan-wook como el director de I saw the Devil pusieron a Kim Ji-woon. La película contiene las dosis suficientes de violencia y la profundidad envidiable de las películas de la trilogía de la venganza de Park Chan-wook, e incluso supera a alguna de ellas. El único problema de esta producción es simplemente que llegó después. De haber sido al revés probablemente este I Saw the Devil estaría por encima de las admiradas películas de esa peculiar trilogía.

Kim Ji-woon consigue lo más difícil, y de una manera muy natural. Presenta la violencia como algo necesario para la película, ni una gota de sangre está de más y los dementes actos que se realizan son argumentalmente perfectos. En ningún momento sentimos que se nos ha metido la violencia para atraer a un determinado público fanático de la sangre y el más crudo gore. Para colmo, y como también hiciera Park Chan-wook, no se nos da a entender dicha violencia, se nos muestra íntegra y muchas veces sin esperarla.

Las actuaciones son muy buenas y ver a Choi Min-sik otra vez por la pantalla hace que el mencionado lazo con las películas de Park Chan-wook sea más detectable y de alguna forma hasta entrañable.

Porque realmente, I Saw the Devil es más el cómo se cuenta que el qué se cuenta. El argumento en sí no es una genialidad, es correcto, sí, pero no es lo que destaca de esta película. Kim Ji-woon consigue contar algo que muchos hubieran desaprovechado, en una duración muy extensa que se hace corta. No hay secuencias de relleno y el ritmo se mantiene constante.

Gran película de factura coreana digna de ser mostrada como el mejor ejemplo de que la violencia extrema no tiene porqué estar reñida con un cine de alta calidad.