Otra de las producciones del canal Syfy pero esta vez con mayor entretenimiento que otras insufribles como pudo ser Killer Movie. La película de Kim Wynorski se ríe mucho de sí misma, y por ello para el espectador de turno se hace mucho más amena de lo que realmente es.

Efectos especiales terriblemente malos hasta incluso para una película televisiva, actuaciones desastrosas en la mayoría de los casos y un sin fin de cosas reprochables, pero Piranhaconda cae simpática, y eso es algo no tan fácil de conseguir.

Su argumento se basa en lo de siempre, mezclado esta vez con un secuestro cutre de estrellas de turno. Pronto todo queda en un segundo plano para concentrar todo en la criatura, la cual se nos enseña desde un primer momento sin crear la más mínima tensión. La película gana enteros por ser de día todo el rato, y desarrollándose en playas coloridas que hacen que podamos ver con todo detalle cada uno de los ataques de las criaturas creadas con efectos digitales.

No hay nada destacable en ella. Cuesta ver a Michael Madsen en un proyecto de este nivel. Tan sólo si comulgas con su capacidad para reirse de sí misma encontrarás algo que no te haga bostezar. Un sin vivir de persecuciones de la criatura a jovenzuelas en bikini.