El hombre ha sido capaz de las más grandes hazañas a lo largo de la historia, innumerables: astronautas que han pisado la luna, investigadores que han descubierto curas a graves enfermedades, personas que arriesgan su vida por salvar la de otros, que cruzan a nado el Canal de la Mancha... Los podíamos llamar héroes si se quiere, admirábamos sus logros... pero con la llegada des esta serie, esta gente maravillosa ha quedado eclipsada, en un segundo plano, por unos cuantos seres irrepetibles, que merecen que la creación una categoría nueva de heroicidad.
Estamos hablando de aquellos que, según se cuenta, han aguantado delante del televisor durante todo un capítulo de esta cosa. Las voces más atrevidas aseguran que incluso dos, y además lo han hecho sin sufrir daños neuronales relavantes, tan sólo un pequeño aturdimiento y ralentización cerebral durante unos pocos minutos después.
Ante semejante hito, me quedo un poco sin respuesta. Alguna movilización social que reconozca su valor debería promoverse, si no existe ninguna iniciativa de las autoridades.
Si nos ponemos muy serios, el único atractivo que tiene esta serie es admirar hasta dónde puede llegar la absurdez y la falta de verguenza ajena de la gente, si es posible que una serie que se autocalifica como comedia puede llegar a no tener ni un solo momento que haga reir. Reconozco que si se ve desde ese punto de vista puedes intentar acercarte a esos héroes y llegar al capítulo, pero no todos somos elegidos, y lo más probable es que acabes quitando la tele a los pocos minutos.
Larga vida a los elegidos y a esta serie, que ya se ha convertido en mito.