Martin Scorsese vuelve a acertar con la historia, a la orden del día, como la elección de actores, sobresaliendo Leonardo que a pasar de llevar durante casi tres horas el peso de la película sale airoso, y sobre todo del ritmo, que hace que no te aburras y estés esperando siempre a ver que es lo nuevo que va a pasar. Para que ellos que la tachan de una apología a las drogas y a los excesos, que abran los ojos, es el producto de esta sociedad materialista y poco humanitaria, como ejemplo la conversación para contratar enanos para una fiesta. En definitiva, una buena película, como las de antes,que sales de verla pensando, buen cine.