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Voto de Cinemagavia:
8
Romance. Drama Una mujer que se crió en una familia ortodoxa judía regresa a su hogar con motivo de la muerte de su padre, un rabino. La controversia no tardará en aparecer cuando comienza a mostrar interés por una vieja amiga de la infancia. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Mujeres poco ortodoxas

Que una película tan notable como Disobedience tuviese una distribución en cines tan limitada, vuelve a demostrar que el modelo actual no funciona para todo tipo de cine y que las plataformas de televisión son necesarias para hacerlas llegar al público.

Disobedience es un drama romántico ambientado en una comunidad de judíos ortodoxos en Londres. Una buena manera de completar su visionado sería con la serie de Netflix titulada Unorthodox, donde se nos explica la historia real de una joven que huyó de una comunidad ultra ortodoxa de judíos en Nueva York.

En Disobedience, la comunidad religiosa es menos radical, pero los conceptos básicos son los mismos. La mujer tiene un papel secundario dentro de su manera de entender la sociedad. Aquí se nos plantea el choque emocional entre una mujer que decidió escapar de ese mundo y otra que decidió quedarse. Cuando se reencuentran tras la muerte del rabino, padre de la primera, volverán a florecer viejos sentimientos que parecían enterrados.

*El director saca lo mejor de su reparto

La presentación de personajes que hace Sebastián Lelio, es modélica. El director chileno mantiene un pulso narrativo milimétrico durante toda la primera mitad de Disobedience. Utiliza una puesta en escena sobria y austera, donde lo que importa es desgranar todo el huracán de emociones que remueven a sus personajes por dentro. Lo hace de manera sutil, a través de los gestos, miradas y pequeños detalles, con la complicidad de sus intérpretes. Disobedience es una historia repleta de pasión ardiente en un entorno tremendamente gélido.

Rachel Weisz está espléndida. Perfecta. Es curioso que en sus inicios, no sé porqué, era una actriz que me caía antipática y que, poco a poco, me fue ganando a través de su talento hasta enamorarme por completo de ella. Aquí vuelve a realizar una interpretación conmovedora donde entiendes todas las emociones y contradicciones que pasan por su cabeza al confrontarse con su pasado familiar.

Rachel McAdams también brilla como nunca, es probablemente su mejor interpretación hasta la fecha. Y no me quiero olvidar del tercer vértice de este triángulo amoroso, Alessandro Nivola, también fantástico en un personaje complejo que se debate entre sus creencias religiosas y los sentimientos que le otorga la razón.

*La desobediencia como acto de libertad

Es cierto que durante la segunda mitad de Disobedience, la película tiene momentos más irregulares y que el desenlace parece estar reescrito varias veces. Sin embargo, Lelio sale indemne y logra emocionarnos con su planificación repleta de encuadres centrados en la mirada de sus personajes. En ese sentido, me parece brillante el momento del discurso final del rabino, donde Lelio utiliza un constante desenfoque de su rostro para reflejar las dudas e incertidumbres que le embargan en ese momento.

Disobedience es una historia de amor lésbico, pero también sobre la desobediencia como acto higiénico de libertad personal. La libertad individual para elegir quiénes somos y cómo queremos vivir nuestra vida, más allá de cualquier convención social, religiosa o establecida por la comunidad a la que pertenezcamos.

No se trata de romper con todo, ni renunciar a tu pasado, ejercer nuestra libertad individual es lo que nos hace únicos. Parafraseando el discurso inicial del rabino, la capacidad para desobedecer es lo que diferencia a los seres humanos de los ángeles y las bestias.

*Conclusión

Disobedience es un drama romántico dirigido por Sebastián Lelio (Una mujer fantástica, Gloria), con guion escrito por él mismo junto a Rebecca Lenkiewicz (Ida, Colette), basado en la novela de Naomi Alderman. Nos retrata el reencuentro y el amor prohibido entre dos mujeres que crecieron en una comunidad judía ortodoxa de Londres.

Es un film con una puesta en escena austera y muchos planos cortos, que cede el protagonismo absoluto a sus intérpretes Rachel Weisz, Rachel McAdams y Alessandro Nivola. Los tres forman un triángulo sentimental complejo y pasional, en un entorno frío como el témpano. Su excelente trabajo eleva la película a una obra de cámara para paladares selectos.

Ya sea en una vieja radio o en los créditos finales de Disobedience, seguiremos escuchando Lovesong de The Cure, y esos párrafos «Siempre que estoy a solas contigo, me haces sentir que estoy de nuevo en casa. (…) Siempre que estoy a solas contigo, me haces sentir que soy libre de nuevo. (…) Sin embargo, muy lejos. Siempre te amaré.»

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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