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Voto de Cinemagavia:
7
Fantástico. Musical. Romance. Aventuras Aladdin (Mena Massoud) es un adorable pero desafortunado ladronzuelo enamorado de la hija del Sultán, la princesa Jasmine (Naomi Scott). Para intentar conquistarla, acepta el desafío de Jafar (Marwan Kenzari), que consiste en entrar a una cueva en mitad del desierto para dar con una lámpara mágica que le concederá todos sus deseos. Allí es donde Aladdín conocerá al Genio (Will Smith), dando inicio a una aventura como nunca antes había imaginado. (FILMAFFINITY) [+]
30 de mayo de 2019
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bienvenidos a la moda de “peleando con gigantes”

Sí, es una moda esto de los remakes de Disney con acción en vivo… y no todos han sido afortunados, recientemente tuvimos a Dumbo… Ahora llega Aladdin, que fuera una de las cintas que marcó un punto dentro de las animaciones de Disney en su momento (1992) haciendo la correspondiente mención aparte del Genio, cuya voz pertenecía a Robin Williams, que se colocó como uno de los personajes coprotagónicos más populares y queridos de todos los tiempos.

Buena, pero no superior

Después de todos estos años, Disney se lanza a realizar una super producción “en vivo” de este clásico y aunque la historia sigue siendo fascinante, encantadora, mágica (porque es una buena historia y sus personajes son seductores y bien definidos) la producción es buena y los efectos especiales decentes, (la mayoría).

Guy Ritchie quien tiene una verdadera pasión por la acción da un giro inesperado al musical. Will Smith se enfrenta a un gran reto, mejorar la impresión del Genio de Williams… en lo cual, Will es bueno, es diferente, tal vez demasiado humano…pero no superior. Los protagonistas románticos tienen química y cantan bien… pero cantan demasiado.

Mena Massoud es un Aladdin aceptable no es un estupendo cantante pero, se defiende, tal vez bajo en nivel de “sinvergüenza” pero lleva el rol.

La que se lleva las palmas es Naomi Scott, la británica es una muy buena cantante, es altiva cuando se necesita y accesible cuando debe serlo; recoge muy bien la idea del empoderamiento y ejecuta en su canción “Speechless,” una firme declaratoria que embona perfectamente con el soundtrack original.

De: “El miedo al qué dirán y el empoderamiento”…

La adaptación a los políticamente correctos tiempos que inundan las pantallas y en especial a la casa de Mickey son abrumadoras en Aladdin; por qué? Porque en ese afán de limpieza de posibles ofensas y prevención de demandas, las historias personales de los personajes se modifican y ahora se cae en nuevas perspectivas desconocidas en la historia original, que era más sencilla y con más “errores políticos” pero que era la de toda la vida. No spoileare en qué se basa esto, pero afecta singularmente a Jasmin y a las pretensiones de Yafar. (el personaje más flojo de toda la trama, tristemente)

Cuál quiere que le cante?

El revival de las canciones ya conocidas (y suficientes) de la primera versión no superan a sus antecesoras, por un lado se detectan como una añadidura, y por el otro son demasiadas. Eso se complica al llevarlas a la pantalla en acción básicamente porque las posibilidades, la flexibilidad y edición de las imágenes de la versión animada son mucho más juguetonas/irónicas que las reales y los recursos de la animada creativamente son superiores, (en especial en las canciones del Genio donde en la versión del 92 se dio la absoluta libertad a Williams de improvisar, que derrocha en “Un amigo como yo” y en “Príncipe Alí” ) además la primera tenía en su favor que no conocíamos nada de cómo iban a tratar la historia, ahora ya lo sabemos. Con lo que no contábamos era con que se le añadirían más y más canciones.

Ritchie, la mano que no meció la cuna … lo suficiente

Y aunque esta no deja de tener sus aciertos, el encanto de la primera sigue vivo. Se puede sentir la escuela de Ritchie en esta obra? No. Y aunque eso podría ser una muestra de versatilidad, muchos esperabamos una dosis de esa ironía y acción que lo han caracterizado, en momentos da la sensación de que tal vez no era precisamente el adecuado para el mundo Disney, aunque la entrada en taquilla en el fin de semana de apertura lo decidirá.

Conclusión

Aladdin es una buena historia que ha mostrado su efectividad a lo largo de los tiempos; la magia “princesa conoce a pordiosero/ladrón/sinvergüenza y él la conquista” sigue funcionando porque exalta los sueños y los valores del romance entre clases sociales diversas y la valía de que encima de la pobreza está el buen corazón.

La versión del 92 fue un éxito rotundo para la casa Disney y probablemente esta segunda revisión camine bastante mejor en taquilla que la mal lograda Dumbo. Los protagonistas tienen química en pantalla y sus historias en líneas generales atrapan.

Por otro lado se desaprovecha a uno de los villanos prototípicos de las historias Disney, la maldad de Yafar queda diluida en el nuevo arco de la historia.

El Genio de Smith tiene su encanto, pero nunca sera el de Williams (y no por culpa total de Will, sino de cómo se le trazó la historia en este nuevo guion) y esto no obra por completo en favor de la película.

Cubrir compromisos de corrección política y alterar las historias está resultando un arma de doble filo, cuya suerte al paso de los años podrá ser ampliamente discutida en torno al “se gana o se pierde al jugar con el “respeto” a la obra original”?

Escrito por Fabian Quezada Leon
Cinemagavia
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