*Un crimen y una investigación

La historia nos comienza situando en 1933, en la oficina del doctor Burt Berendsen, quince años después de su vuelta de la Primera Guerra Mundial. Lugar que le regaló la mejor amistad de su vida, su compañero de guerra Harold (John David Washington) y una enfermera excéntrica llamada Valerie (Margot Robbie). Ámsterdam comienza de forma muy misteriosa al ir presentando personajes pero no problemas aún, lo que hace que en primera instancia no entendamos tan bien lo que ocurre y por qué estos personajes hacen lo que hacen. Eso sí, una vez nos explica de que esto va de investigar un asesinato, nos comienza a ser como si nos arrollase un camión por encima de tanta información (si conocéis la referencia).

Burt se une nuevamente a su buen amigo de la guerra, Harold. Juntos se meten de lleno en la búsqueda de quien está detrás de dicho asesinato que ahora los tiene implicados a ellos dos. Y que seguramente tiene que ver con sus propios pasados. El guion a su vez nos hace viajar en modo flashbacks al pasado y de vuelta saltar al presente para demostrarnos donde estamos ahora en todo este puzzle sin sentido que nos lleva a in conociendo personajes tras personajes que pueden ser directamente los que estén detrás de todo el crimen.

*Entretenimiento y risas aseguradas

Uno de los detalles más importantes que se le puede aplaudir (y de enorme manera) a Ámsterdam es su forma de contar las cosas dentro de la trama. Una dinámica peculiar que nos mete de cabeza dentro toda esa red enredada en su trama. Una película que le tiene que agradecer muchísimo a las grandes actuaciones de Bale, Robbie y Washington, además de algunos de esos grandes nombres en papeles secundarios. Bale es el alma y señor de la historia, claramente. Un actor que domina la pantalla de una forma soberbia e inigualable con su divertida forma de entregarnos al personaje de Burt. Por su parte, Robbie y Washington le dan una cierta ternura y romance necesarios a la historia, lo cual se agradece al ser la historia tan repleta de misterio.

*Caos y optimismo

Si bien, en un espectro muy personal, Ámsterdam me encantó, también debo reconocer que tiene fallos en cuanto a su narración al llegar la conclusión de su historia. Es cierto que es una cinta que sabe lo que quiere y lo que nos quiere expresar, pero no tiene muy claro el hecho de cómo expresárnoslo. Luego de dos horas de tratar de descifrar su problema dentro de la trama y de uno que otro plot-twists interesantes, llegamos a su cierre. Ciertamente pudo haber sido mejor.

¿Por qué digo que el final pudo ser mejor? Sinceramente porque está repleto de diálogos largos que podían ser resueltos más brevemente o con pequeñas acciones rápidas. Además, el tono de la cinta cambia muy drásticamente en algunas escenas, lo que te saca a ratos del momento en el que estabas. Creo que este problema recae en la dirección que David O. Russell le da a Ámsterdam y también a un guion que no sabe contar lo que quiere contar de forma que el espectador no se sienta cansado luego de esas dos horas delante de la pantalla.

Sin embargo, pienso que los detalles negativos, que son varios, no acaban arrebatándome todos los buenos momentos que pasé con Ámsterdam. La cinta nos lleva a profundiza en la corrupción política del mundo entero una vez comenzamos a descifrar toda la investigación del caso. Un mensaje claro sobre el dominio de las sociedades a manos de elites sin rostro que solo quieren poder y dinero sin importar las amplias mayorías de personas que no tienen tantas posibilidades como ellos. Control egoísta repleto de engaños viles. Esa es la triste realidad del mundo que Ámsterdam nos quiere enseñar.

*Conclusiones

Con cierta melancolía, Ámsterdam nos pone en frente a un personaje interpretado por Christian Bale, quien acaba de ser herido y también acaba de ingerir una droga para el dolor mientras mira a la cámara en medio de todo el caos y nos dice: "Tienes que ser optimista". Ese es el mensaje con el que me quedo de la historia. En medio de tanto caos y tantas conspiraciones políticas por poder, tienes que ser optimista y tener amor dentro de ti. Es lo único que te diferencia de ellos. Y a mí ese mensaje me sirve para disfrutar de la película.

Escrito por Luciano Ferranti