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Voto de davilochi:
10
Drama Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
26 de febrero de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una película llamada a marcar época, a convertirse con toda justicia en un clásico y en un producto que viene a revalorizar el capital simbólico-artístico de Hollywood. La Academia va a tener que mostrar sin lugar a dudas su agradecimiento a este film que se clava en las propias entrañas del espectador provocando intensas emociones. Lo cierto es que pocas veces una película consigue un resultado tan notable a la hora de conectar con sus interlocutores, y varios son los motivos que hacen esto posible: en primer lugar el hecho de que buena parte del metraje esté grabado cámara en mano, pues lo que al principio parece una apuesta un tanto desconcertante acaba siendo la virtud de una película que capta el dramatismo y la magia de una danza en la que Nina - genialmente interpretada por una Natalie Portman que tiene el Oscar asegurado, creo - se está jugando su propia existencia; en segundo lugar está el modo magistral en que la música se entreteje con la imagen, consiguiendo una conjunción armónica y equilibrada que redondea el tono trágico de la película gracias a un ritmo "in crescendo" que estalla en un final intenso y, a la vez, anticlimático como pocos. A todo ello se suman unos escenarios de colores fríos, vacíos, desoladores en ocasiones.

Yo soy de los que observan una película como un ejercicio intelectual al que uno debe acudir como una "tabula rasa", obviando críticas y demás influencias externas. Ante un film como éste se demuestra que el espectador ha de dejar que esa "tabula rasa" que él es ante la pantalla de su ordenador o de la sala debe ser escrita o grabada por la propia película, hay que dejarse llevar por la fuerza del oleaje del subconsciente de Nina donde la razón está condenada a ser un barco a la deriva. Vida y obra se confunden de tal manera que la protagonista desafía el orden natural al tratar de mimetizarse con la reina cisne. En ese proceso de transformación por el cual Nina parece intentar librarse de sí misma acabará pretándose aún más las cadenas que la retienen. El espectador va a sumergirse en la pasión desmedida de la protagonista, simpatizando con ella a través de la empatía que todo hombre porta en sí mismo; pero, al mismo tiempo, también condena la desmesura de Nina, quien no parece atenerse a unos límites concretos y se obstina en desafiar el ya de por sí fragil equilibrio al que está sujeta su existencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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