Muchos tiros y muchos muertos, pero poca chicha argumental. Y, además, la poca que hay es liosísima. Pero eso es lo de menos, también pasa en "El sueño Eterno" (Howard Hawks, 1946) y es una obra maestra. A esta lo que le pasa es que además de no entenderse, es un truño. Aunque se pretenda divertida.

El personaje de Sartana interpretado por Garko bebe indisimuladamente del Clint Eastwood de la leonina "Trilogía del Dólar", aquel "Hombre sin nombre" con el purito permanentemente en la boca. En atuendo, en ademanes, en parsimonia. Pero no cuenta con un guión ni una dirección a la altura de aquel. Y ni como parodia funciona.

Por lo demás, la peli también desagrada un poco por su sadismo ciego y sin objetivo. Ya que hay tanto muerto al menos que sea al servicio de una buena historia, como en tantos otros 'spaguettis', mejores y peores. Pero cuando no sabemos del todo qué es es lo que nos están contando ni por qué, qué sentido tiene.Y más aún si las coreografías con que se presenta son además bastante desmañadas.

Que si simulan un robo, que si todos se roban unos a otros, que si ataúdes llenos de piedras. Pero nadie tiene encarnadura humana allí. y no porque sean malos, sino porque el guión no se la proporciona. Ni el sádico (William Berger), ni el general (Fernando Sancho, aunque sea de lo poco bueno de la peli), ni los honorables próceres y banqueros (Gianni Rizzo y Sidney Chaplin), ni la mujer y amante de uno de ellos (Heidi Fisher). Casi la más simpática es la prostituta (Sabine Sun).

Y luego muchos altibajos en el ritmo. Se hace pesada. Aún admitiendo que hay un 'climax' final de cierto poder visual.

Y conclusión inane.