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España España · Barcelona
Voto de Ulher:
10
Drama. Romance Alemania después de la II Guerra Mundial. Michael Berg (David Kross), un chico de quince años, pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad, lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ambos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael vuelve a ... [+]
15 de febrero de 2009
77 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la última obra del cineasta británico no te golpea el corazón se necesita un nuevo visionado y si ya con eso no alcanza a que los ojos se te inundan en un mar de lágrimas es para tratarlo. Nos encontramos con una obra maestra imprescindible de contemplar, una maravilla para los sentidos donde nada falta ni sobra. El director de las magistrales Billy Elliot y Las Horas nos adentra sin contemplaciones en un gran dilema. ¿Por qué no odiamos al personaje de la Winslet por lo que ha hecho si durante toda la vida nos han dejado claro quienes son los buenos y los malos? ¿Por qué en esta ocasión intentamos comprender a alguien tan aberrante y sincero a la vez? Daldry no responde a esas preguntas si no que concede al espectador la posibilidad de examinarse y de qué manera. La moral y el perdón se baten a duelo en toda la proyección logrando momentos de un cine tan indigesto como portentoso. El film aparentemente sencillo en una primera parte en el que se nos muestra el enamoramiento de una insondable treintañera con un joven estudiante escarba en un segundo acto en las conciencias de la sociedad alemana de la posguerra.
No sólo es Stephen Daldry el Midas de El Lector, David Hare es el gran responsable de que la deslumbrante novela de Bernhard Schlink tenga vida adaptándola como mejor sabe hacer. Si bien la novela es estremecedora no menos es el film. La valentía de Kate Winslet como actriz es patente, imprime a su Hanna Schmitz rudeza en su manera de caminar, dureza en su mirada y una expresividad soberbia sin abrir la boca y al abrirla es para demostrar que no se le resiste ningún personaje por muy complicado que sea. A su altura un David Kross comiéndose la pantalla en cada escena, poniéndose en la piel de una nación que prefiere esconder la cabeza a perderla.
Es seguro que El Lector no dejará indiferente a nadie, puede apasionar o aburrir a partes iguales pero de lo que no cabe duda alguna es que estamos ante una verdad magistralmente contada.

Lo mejor: la adaptación de David Hare
Lo peor: que muchos se queden con la naturalidad de esos cuerpos desnudos.
Ulher
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