Mi primera crítica en Filmaffinity, justo después de acabar la segunda temporada.
Primero quiero mencionar el polémico tema de los "acentos": hay quien le ha puesto un 3 a la serie porque Wagner Moura es brasileño y quien le ha puesto un 10 y dice que los que nos quejamos somos unos haters sin criterio. En mi opinión habría que distinguir entre lo que son los distintos dialectos del español y lo que implica protagonizar una serie entera hablando en una lengua que has "aprendido" en cinco meses. Alberto Ammann, actor nacido en Argentina y criado en España da vida a su personaje caleño Pacho Herrera imitando el acento valluno como buenamente puede: para mi el resultado es muy bueno, a lo mejor a un colombiano le chirría, pero creo que quejarse de eso sí que sería ponerse estupendo. (Se me viene a la cabeza La isla mínima, película en la que en el mismo pueblo hablan andaluz "de verdad", andaluz "de mentira" y castellano estándar y no pasa ni media). Ahora bien, una cosa muy distinta es pretender que un actor construya su personaje con un texto en una lengua que ha aprendido en un cursillo exprés. Moura es incapaz de sentir cada frase del personaje como suya propia y a pesar de su talento interpretativo, la pronunciación, la entonación, las pausas, etc. no dejan de "sacarte" de la serie con la evidencia constante de que no estás viendo a Pablo Escobar sino a un señor que ha memorizado un papel. Si otros habéis sido capaces de disfrutar la serie sin este problema, pues nada, me alegro por vosotros. En mi opinión a los de Netflix no les habría costado nada buscar un actor si no colombiano al menos latino y habría sido un bonito gesto hacia los muchos hispanohablantes que dentro y fuera de EEUU pagan por sus contenidos.
A favor de la serie debo decir que tiene un ritmo narrativo trepidante, no es un biopic de Escobar desde que era pequeñito sino una historia de su persecución desde la perspectiva de un agente de la DEA. Aunque conozcas la historia real cada capítulo te atrapa y como te descuides y tengas tiempo te puedes comer las dos temporadas en un par de días. El narrador y las imágenes de archivo le dan un aire de documental pero no desentonan nada con las brillantes escenas de acción y el rollito Breaking Bad.
Como ya han dicho por aquí hay cosas que no se corresponden con la realidad y el punto de vista es bastante yankee (aunque debo admitir que para lo que son los americanos la serie es menos imperialista de lo que me esperaba). En mi opinión si lo que quieres es conocer a fondo la historia reciente de Colombia, mejor que busques buenos libros de historia en vez de series de Netflix. Yo a una ficción, aunque sea histórica, le pido verosimilitud más que veracidad y Narcos en general es verosímil. Además de por el guión, por la ambientación, el vestuario y la música, que te meten de lleno en el Medellín de entonces.
Así que eso, a pesar del handicap del acento de Moura y de que no sirve como clase de historia, es una serie que engancha y que no decepciona. La recomiendo.