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Voto de KaoruTakarai88:
8
2006
Foz Allan (Creador), Dominic Minghella (Creador)
5,1
1.253
Serie de TV. Aventuras
Serie de TV (2006-2009). 3 temporadas. 39 episodios. Robin Hood (Jonas Armstrong) es la historia de un muchacho que, tras cinco años luchando en las Cruzadas, vuelve a su Inglaterra natal donde tendrá que luchar de nuevo, esta vez por acabar con el abuso de autoridad del nuevo Sheriff de Nottingham. Para conseguirlo, cuenta con astutas tretas y un increíble manejo de arcos y espadas. Aclamada miniseri de la BBC sobre el clásico héroe de ... [+]
25 de mayo de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro esta serie, simple y llanamente.
La culpa no es sólo de la serie en sí, sino que mi amor incondicional por el personaje de Robin Hood viene de atrás, de muy atrás, de mis cinco años y mi primer contacto con los cuentos, de esa sensación de pertenencia mutua que desarrollé inmediatamente hacia ellos, de esa libertad que saboreo siempre que me pongo a escribir, siempre que aquella niña se ponía a escribir.
Como Alicia, como la Bella, como el patito feo, Robin Hood entró de cabeza en el ránking de mis personajes favoritos, y es imposible sacarlo de ahí. He visto muchísimas versiones diferentes de su historia, he leído esa primera referencia en Piers Plowman y la bonita novela de Howard Pyle. La serie de la BBC, emitida por laSexta hace unos años y devorada por mí en hasta tres o cuatro ocasiones, no es espectacular a nivel técnico ni narrativo, ni tiene ningún tipo de pretensión histórica ni está especialmente bien ambientada. Sin embargo, Jonas Armstrong tiene algo de Robin Hood, de mi Robin Hood imaginario, que nunca han tenido Michael Praed ni Sean Connery. Es una serie sumamente entretenida, pero además tiene algo que me lleva directamente a los alegres cantos de la narración de Pyle. Quizá sea el refugio en el alma misma de Sherwood, o la cantidad de momentos desenfadados que me hacen reír con añoranza, o el grito de: "¡Nosotros somos Robin Hood!", que eleva esta versión, en cierto modo tan moderna, al nivel de la leyenda en la que se inspira.
Hace unos días decidí ponerme a verla de nuevo. Es increíble cuando te reencuentras con algo y te sientes en casa. La valiente Marian, el excéntrico y magistralmente interpretado sheriff, Djaq, Will Scarlet, Much, Alan... Los quiero tanto a todos que son como viejos amigos. Especialmente Much y su charlatanería.
La culpa no es sólo de la serie en sí, sino que mi amor incondicional por el personaje de Robin Hood viene de atrás, de muy atrás, de mis cinco años y mi primer contacto con los cuentos, de esa sensación de pertenencia mutua que desarrollé inmediatamente hacia ellos, de esa libertad que saboreo siempre que me pongo a escribir, siempre que aquella niña se ponía a escribir.
Como Alicia, como la Bella, como el patito feo, Robin Hood entró de cabeza en el ránking de mis personajes favoritos, y es imposible sacarlo de ahí. He visto muchísimas versiones diferentes de su historia, he leído esa primera referencia en Piers Plowman y la bonita novela de Howard Pyle. La serie de la BBC, emitida por laSexta hace unos años y devorada por mí en hasta tres o cuatro ocasiones, no es espectacular a nivel técnico ni narrativo, ni tiene ningún tipo de pretensión histórica ni está especialmente bien ambientada. Sin embargo, Jonas Armstrong tiene algo de Robin Hood, de mi Robin Hood imaginario, que nunca han tenido Michael Praed ni Sean Connery. Es una serie sumamente entretenida, pero además tiene algo que me lleva directamente a los alegres cantos de la narración de Pyle. Quizá sea el refugio en el alma misma de Sherwood, o la cantidad de momentos desenfadados que me hacen reír con añoranza, o el grito de: "¡Nosotros somos Robin Hood!", que eleva esta versión, en cierto modo tan moderna, al nivel de la leyenda en la que se inspira.
Hace unos días decidí ponerme a verla de nuevo. Es increíble cuando te reencuentras con algo y te sientes en casa. La valiente Marian, el excéntrico y magistralmente interpretado sheriff, Djaq, Will Scarlet, Much, Alan... Los quiero tanto a todos que son como viejos amigos. Especialmente Much y su charlatanería.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Mi amor incondicional se dirige exclusivamente a las dos primeras temporadas. Todos los que hemos visto el final de la segunda, todos los que lo hemos sufrido -porque puedo pasarme semanas llorando cada vez que me atrevo a contemplar de nuevo la muerte de Marian-, sentimos que se ha ido no sólo un personaje importantísimo, sino un elemento fundamental. De la tercera temporada he visto el primer episodio y el último, muy justos en mi opinión, pero, aunque he intentado darles a los demás una oportunidad por el interés que me suscitaba la evolución de Robin y Gisborne después de lo ocurrido y por la presencia de Tuck, no he sido capaz. No es lo mismo.