Parecía imposible que una película con semejante reparto, quede en algo tan desdibujado como ésta nueva adaptación de la famosa novela de AGATHA CHRISTIE, sobre el más lujoso viaje en tren del mundo. Kenneth Branagh, parece estar muy contento de conocerse y sobresale, de manera incuestionable, sobre el rutilante plantel estelar que en otra cualquier obra, hubiese estado muchísimo mejor aprovechado.

Cuesta entender la complicada personalidad perfeccionista del detective HERCULES POIROT, porque se abusa demasiado del histrionismo y la exageración, llegando a ser en ciertos momentos ridículo e impostado. La ambientación, música, fotografía y vestuario son, sin duda, lo mejor de la función, aunque adolezcan, en ocasiones, de las mismas trampas efectistas y recursos digitales que acaban restando credibilidad al film.

Solo la mirada al frente, de ese inmenso actor que es DEREK JACOBI, conocido protagonista de la inolvidable serie YO CLAUDIO, puede salvarse de la anodina interpretación del resto del reparto, la mayoría ya en horas bajas y que muestran una imagen crepuscular y gastada que no les favorece en absoluto, parece que están ahí, solo para dar mayor lustre y gloria al director y a su obra. Ni el alambicado final, llega a elevar el tono intrascendente y bastante aburrido de éste ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS.