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Voto de wagb1986:
2
5,1
2.051
Comedia. Drama. Romance
La malcriada y rebelde Rachel (Lindsay Lohan) grita, dice tacos y bebe. En otras palabras, es incontrolable, pero el vaso de la paciencia de su madre (Felicity Huffman) se desborda, cuando le destroza el coche. Entonces decide llevársela una temporada a la granja que tiene en Idaho su estricta madre Georgia (Jane Fonda). (FILMAFFINITY)
4 de febrero de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre pensé que el adejtivo "feo/a", referido a una película, sólo lo utilizaban las madres y las abuelas como reflejo de violencia y/o sexo explícito y/o temas escabrosos. Pero me ha llegado la hora, con 24 años, de ver la primera (y espero que última) película que, principalmente, describiré como fea.
Numerosísimas películas no han sabido definirse a lo largo de su escritura y producción como drama o como comedia, y terminan siendo un intento fallido de ambos géneros. Éste es un defecto que tiene esta película, pero que en absoluto es el principal. Aparte, la película está muy bien interpretada (con el reparto principal que tiene, pues normal), y los aspectos técnicos están muy bien.
Numerosísimas películas no han sabido definirse a lo largo de su escritura y producción como drama o como comedia, y terminan siendo un intento fallido de ambos géneros. Éste es un defecto que tiene esta película, pero que en absoluto es el principal. Aparte, la película está muy bien interpretada (con el reparto principal que tiene, pues normal), y los aspectos técnicos están muy bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo que no se puede hacer, opino yo, es tratar el abuso infantil como lo trata esta película. En primer lugar, no se puede pretender hacer una comedia si el desarrollo de la película, a partir de su segunda mitad, se basa en el descubrimiento de un abuso infantil a una niña desde que tiene 12 años hasta que tiene 14. No. Ese descubrimiento nunca generará comedia, ni en la vida real ni mucho menos en el cine.
En segundo lugar, si lo que se quiere es hacer un drama, un tema tan serio hay que tratarlo con toda la gravedad que su descubrimiento implica. Sí: a la madre (Felicity Huffman) se le quita (parece ser que sólo una noche) el sueño, rompe con su marido, le pide el divorcio y vuelve a beber; la abuela se enfada y entristece; la hija revive, aunque parezca externamente que sólo por momentos, monstruos pasados (su reacción, aún y todo, es la más verosímil de las tres, aunque no me la llego a creer del todo).
Sin embargo, todas las reacciones se ven tipificadas, banalizadas y frivolizadas por toques de comedia y por numerosos comportamientos, por parte de los tres personajes, que están totalmente fuera de lugar si tan próximo está el descubrimiento de un suceso así en el seno de una familia. Sobre todo, porque en la película vemos que lo único que parece que realmente les importa a la madre y a la abuela es meter al marido abusador en la cárcel, y en ningún momento qué puede sentir o dejar de sentir el personaje de la hija.
Es esa manera seria, pero no todo lo seria que el asunto requiere en un drama, lo que hace que esta película sea fea. Porque da a entender que, en el fondo, el abuso infantil sí que es algo malo, que no se debe hacer, pero que bueno, que todos los afectados lo pueden sobrellevar perfectamente, como se ve en esta película.
En la ficha de Filmaffinity de esta película, la crítica de Claudia Puig para USA Today lo dice muy resumidamente: esta película es ofensiva, tiene clichés y no te hace sentir bien, sino que te deja intranquilo. No es que te deje tocado, o reflexionando, como podría ser el caso en otros dramas bien hechos y bien tratados, sino que te deja intranquilo. Y esa sensación, pienso yo, sólo deberían provocarla, en el cine, determinadas películas de miedo, thrillers y películas y/o documentales sobre hechos reales o posibles consecuencias de esos hechos.
En segundo lugar, si lo que se quiere es hacer un drama, un tema tan serio hay que tratarlo con toda la gravedad que su descubrimiento implica. Sí: a la madre (Felicity Huffman) se le quita (parece ser que sólo una noche) el sueño, rompe con su marido, le pide el divorcio y vuelve a beber; la abuela se enfada y entristece; la hija revive, aunque parezca externamente que sólo por momentos, monstruos pasados (su reacción, aún y todo, es la más verosímil de las tres, aunque no me la llego a creer del todo).
Sin embargo, todas las reacciones se ven tipificadas, banalizadas y frivolizadas por toques de comedia y por numerosos comportamientos, por parte de los tres personajes, que están totalmente fuera de lugar si tan próximo está el descubrimiento de un suceso así en el seno de una familia. Sobre todo, porque en la película vemos que lo único que parece que realmente les importa a la madre y a la abuela es meter al marido abusador en la cárcel, y en ningún momento qué puede sentir o dejar de sentir el personaje de la hija.
Es esa manera seria, pero no todo lo seria que el asunto requiere en un drama, lo que hace que esta película sea fea. Porque da a entender que, en el fondo, el abuso infantil sí que es algo malo, que no se debe hacer, pero que bueno, que todos los afectados lo pueden sobrellevar perfectamente, como se ve en esta película.
En la ficha de Filmaffinity de esta película, la crítica de Claudia Puig para USA Today lo dice muy resumidamente: esta película es ofensiva, tiene clichés y no te hace sentir bien, sino que te deja intranquilo. No es que te deje tocado, o reflexionando, como podría ser el caso en otros dramas bien hechos y bien tratados, sino que te deja intranquilo. Y esa sensación, pienso yo, sólo deberían provocarla, en el cine, determinadas películas de miedo, thrillers y películas y/o documentales sobre hechos reales o posibles consecuencias de esos hechos.