Oliver Marchal ya en la excelente Asuntos Pendientes trataba el tema de la corrupción policial y la guerra de la policía dentro de la policía. Aquí tiene una temática similar aunque el guión da muchas vueltas y por momentos confunde al espectador que ya ni sabe quienes son cada personaje. Hay acción, persecuciones y una buena actuación de Lannick Gautry como un policía que se debate entre hacer cumplir la ley u obtener algún beneficio por fuera de ella para él y su brigada. Como perla encontramos a ese buen actor como es Gerard Lanvin en un papel totalmente sin vuelo y con poca importancia en la trama, al igual que Jean Reno con un poco mas de protagonismo. En síntesis es un film que puede verse y que con otro guión mas sencillo pudo haber sido mucho mejor.