Submarino es la sexta película de Thomas Vinterberg, realizada en 2010. Película que se aleja del estilo Dogma, del que Vinterberg fue co-fundador junto con Lars Von Trier, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen y en el que buscaban recuperar la pureza del cine estableciendo estrictas reglas para simplificar la producción de películas, el gran ejemplo que dejó Thomas fue la película “Celebración” que pese a la locura que llevaba la cámara por delante llegó a gustarme.El guión fue adaptado por el propio Vinterberg y Tobias Lindholm basándose en una novela de Jonas T. Begtsson, música de Kristian Eidnes Andersen y fotografía de Charlotte Bruus Christensen.

La trama narra la historia de un par de hermanos que crecen en un mal ambiente, con una madre drogadicta, un hermano pequeño que se muere por la falta de atención materna. Los pre-adolescentes crecen, y los problemas no solo han perdurado sino que han aumentado. El hermano mayor Nick es un musculado y borracho busca problemas, lo mismo le pega hostias a un teléfono que se pega con un tío, que se come un marrón y va a la cárcel ( según deja caer la película ha estado dos veces en la cárcel y ninguna lo merecía). El hermano mediano, Jakob es padre soltero que se esfuerza por morir en el fondo de una jeringuilla, sus problemas crecen cuando se pasa a camello y acaba encarcelado.
Vinterberg sume a Nick en una sangría de fatalidad, de la que el protagonista no puede salir. La gran capacidad de Thomas se ve con claridad en este intenso drama, una gran calidad de planos, sencillos, directos, que ayudan a reflejar la fragilidad de los dos hermanos ante problemas de gran calibre. Las actuaciones de los dos protagonistas son notables. Jakob Cedergren (Nick) realiza una magnífica actuación, el actor que viéramos en títulos como “Dark Horse” realiza un máster en actuación, regalándonos una de sus mejores actuaciones. En cuanto al actor que interpreta al hermano mediano, Peter Plaugborg que también actuó en el film “Brotherhood” que yo no he visto, su actuación en Submarino es fabulosa, interpreta a un drogadicto, padre soltero, que controla su drogadicción de cara al exterior, pero en el refugio de su casa, la droga es lo primero, y su hijo queda expuesto a la soledad y el problema que crea un niño mal atendido.
Vinterberg realiza un film sólido con una buena fotografía y con una gran historia, y lo más importante es que transmite lo que quiere, soledad, problemas, adicción, muerte, desolación, oscuridad. En definitiva una confirmación de que Vinterberg es un buen director.