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Voto de Bellannan:
2
6,1
74.775
Acción. Ciencia ficción. Thriller. Terror
Cuando el mundo comienza a ser invadido por una legión de muertos vivientes, Gerry Lane (Brad Pitt), un experto investigador de las Naciones Unidas, intentará evitar el fin de la civilización en una carrera contra el tiempo y el destino. La destrucción a la que se ve sometida la raza humana lo lleva a recorrer el mundo entero buscando la solución para frenar esa horrible epidemia. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truño. A secas. Esta película no hay por dónde cogerla. Desconocemos el presupuesto que habrá tenido (aunque viendo los logrados efectos que tiene debe ser bastante alto), pero para ser una película de zombis, no tiene ni zombis, sino que se tratan de una suerte de infectados con habilidades portentosas que en algunos momentos nos regalan escenas tragicómicas.
El argumento es completamente inverosímil: Un experto de la ONU asiste al fin del mundo y tirando de contactos logra llegar a un centro de investigación para poner a salvo a su familia y de paso salvar el mundo. Haciendo un esfuerzo podemos salvar los minutos iniciales en los que se nos presenta el apocalipsis y hasta ahí. Las lagunas son inmediatas, las preguntas sin responder se suceden una detrás de otra, los personajes son totalmente increíbles, por no decir que muchos de ellos son directamente innecesarios, y cuando piensas que la película no puede ir a peor te topas con la llegada a Jerusalén y lo que sigue. Una película incoherente y vacía que ni hace reflexionar, ni asusta, ni emociona, ni divierte. Un quiero y no puedo permanente que se extiende exageradamente en sus casi dos horas de duración. Le ponemos un 2 por la calidad de algunas tomas y efectos y algún sustillo. No la recomendaríamos ni a los amantes del género.
El argumento es completamente inverosímil: Un experto de la ONU asiste al fin del mundo y tirando de contactos logra llegar a un centro de investigación para poner a salvo a su familia y de paso salvar el mundo. Haciendo un esfuerzo podemos salvar los minutos iniciales en los que se nos presenta el apocalipsis y hasta ahí. Las lagunas son inmediatas, las preguntas sin responder se suceden una detrás de otra, los personajes son totalmente increíbles, por no decir que muchos de ellos son directamente innecesarios, y cuando piensas que la película no puede ir a peor te topas con la llegada a Jerusalén y lo que sigue. Una película incoherente y vacía que ni hace reflexionar, ni asusta, ni emociona, ni divierte. Un quiero y no puedo permanente que se extiende exageradamente en sus casi dos horas de duración. Le ponemos un 2 por la calidad de algunas tomas y efectos y algún sustillo. No la recomendaríamos ni a los amantes del género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Algunas de las muchas cosas sin sentido que encontramos en esta película:
La infección: ¿Cuándo empieza? ¿Por qué de repente llega hasta un centro urbano estadounidense sin que se tengan noticias en otras partes del mundo? Hablan de conspiración, de que se silencia todo, pero, cuando eso ha surgido en Asia y ha llegado hasta ahí ha tenido que pasar por muchos millones de personas, y no se tiene la más mínima noticia hasta que no te muerden en el cuello.
Brad: ¿Por qué un investigador de la ONU sabe pilotar, manejar armas y medicina, entre otras muchas habilidades? Que si la película dura diez minutos más reconstruye Jerusalén y si nos descuidamos hasta nos escribe esta crítica. Nos engañaron. Rambo es rubio, con barba, trabaja en la ONU y puede salvar al mundo solo.
El viaje: Resulta que el tipo vuela buscando el origen de todo hasta una pista situada en Corea, allí hay una base norteamericana no sabemos muy bien por qué. La pista en cuestión lleva a Vietnam, pero no, a la mierda el origen, nos vamos a Jerusalén, porque es muy lógico que si estamos buscando el origen de la pandemia, nos vayamos a Israel a buscar la solución, porque es el único país en el que no hay infectados. Sí sí, como suena. Y ojo, se van sin repostar ni nada, total de USA a Corea y de ahí a Israel es como dar un rodeo para parar en la farmacia cuando vuelves a casa. En fin.
Los zombies y el muro: Mención especial para estos Usain Bolt de los virus. Son voladores, trepadores, elásticos y corredores que de común acuerdo y sin explicación ninguna deciden volverse gregarios y crear el casteller más grande de la historia para trepar el muro atraídos por personas cantando... no por el rotor de los helicópteros ni por el bullicio lógico en una ciudad grande que además está acogiendo inmigrantes sanos (¿por dónde entran?, ¿los infectados no ven la puerta?) en la que los militares están con megáfonos poniendo orden. Todo se desencandena cuando la gente empieza a cantar.
La muerte del virólogo: ¿En serio?
Para terminar, la frase más "épica" de la película: "La columna es divina, la rodilla cosa fina". Sin comentarios.
La infección: ¿Cuándo empieza? ¿Por qué de repente llega hasta un centro urbano estadounidense sin que se tengan noticias en otras partes del mundo? Hablan de conspiración, de que se silencia todo, pero, cuando eso ha surgido en Asia y ha llegado hasta ahí ha tenido que pasar por muchos millones de personas, y no se tiene la más mínima noticia hasta que no te muerden en el cuello.
Brad: ¿Por qué un investigador de la ONU sabe pilotar, manejar armas y medicina, entre otras muchas habilidades? Que si la película dura diez minutos más reconstruye Jerusalén y si nos descuidamos hasta nos escribe esta crítica. Nos engañaron. Rambo es rubio, con barba, trabaja en la ONU y puede salvar al mundo solo.
El viaje: Resulta que el tipo vuela buscando el origen de todo hasta una pista situada en Corea, allí hay una base norteamericana no sabemos muy bien por qué. La pista en cuestión lleva a Vietnam, pero no, a la mierda el origen, nos vamos a Jerusalén, porque es muy lógico que si estamos buscando el origen de la pandemia, nos vayamos a Israel a buscar la solución, porque es el único país en el que no hay infectados. Sí sí, como suena. Y ojo, se van sin repostar ni nada, total de USA a Corea y de ahí a Israel es como dar un rodeo para parar en la farmacia cuando vuelves a casa. En fin.
Los zombies y el muro: Mención especial para estos Usain Bolt de los virus. Son voladores, trepadores, elásticos y corredores que de común acuerdo y sin explicación ninguna deciden volverse gregarios y crear el casteller más grande de la historia para trepar el muro atraídos por personas cantando... no por el rotor de los helicópteros ni por el bullicio lógico en una ciudad grande que además está acogiendo inmigrantes sanos (¿por dónde entran?, ¿los infectados no ven la puerta?) en la que los militares están con megáfonos poniendo orden. Todo se desencandena cuando la gente empieza a cantar.
La muerte del virólogo: ¿En serio?
Para terminar, la frase más "épica" de la película: "La columna es divina, la rodilla cosa fina". Sin comentarios.