Y así como hace un año fue el chef francés de Jean Reno, y también antes hubo la de comida española, y la ha habido de cocina italiana, y la ha habido también de ratones de alta gastronomía, no podía faltar para el 2014 la comedia culinaria. Y sabe bien, como las anteriores, con el deleite de un buen montaje visual y de sonido para que uno termine "antojado"de ir a darle un mordisco a alguna de las maravillas gastronómicas de la parrilla.
La película, además de contar con un buen reparto, es un entretenimiento encantador. Tal vez la trama peca por respaldar todas nuestras expectativas, es decir, todo lo que uno cree que va a pasar pasa, pero no decepciona tanto como para restarle el mérito a todo lo que puede engrandecerla, como sus actuaciones, su amor por la cocina, su crítica a las opiniones en las redes sociales y sus gurús y el respaldo por el retorno a la vida simple. De nuevo Jon Favreau nos muestra que tiene madera para la dirección, no solo de una cocina, sino de todo un arte. ¿Y qué decir de la música? Esta película no sería igual sin ella. De principio a fin suena a caribe, a Cuba, a salsa... ¡Sabor!