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Estados Unidos Estados Unidos · Chicago
Voto de Donald Rumsfeld:
9
Acción. Drama India, años 20 del siglo XX. Tras el secuestro de una niña perteneciente a una tribu marginada, Bheem viajará a Delhi para su rescate. En su travesía se cruzará con Rama Raju, un oficial del Raj que tiene por misión perseguirlo para meterlo a la cárcel. (FILMAFFINITY)
11 de agosto de 2022
33 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entre los elementos que conforman una película, la historia que se narra no es más que una variable dependiente de los factores –exclusivamente- cinematográficos que la moldean: montaje, diseño de producción, interpretaciones, efectos especiales, sonido… Una vez aclarado esto, añado que la trama de RRR es (en parte) tan obsoleta e ingenua que observada desde occidente puede producir sonrojo: RRR es romanticismo decimonónico con todos y cada uno de sus estigmas; sus dos ingredientes fundamentales son el nacionalismo rancio (siempre lo es) y el melodrama más plúmbeo y previsible.

Y sin embargo, funciona.

Lo hace porque más allá de su exotismo esto es cine de una manera tan esencial que habría que echar muchas décadas la vista atrás para encontrar una superproducción occidental tan centrada en hacer una Película a despecho de todo los demás.

RRR tiene un manejo de las transiciones, de la elipsis, del montaje y del movimiento tan apabullante que a pesar de sus más de tres horas no sobran ni diez minutos. Y es que, aunque sea cierto que lo se cuenta sea elemental, se cuenta mediante imagen, sonido y movimiento. Por eso, la película solo tiene sentido visualmente, no narrativamente, pues su trama no es más que el mimbre mediante el que se construyen las imágenes.

Los personajes no son más que arquetipos, sus relaciones son clichés y desde el principio una de las letras ya anuncia todo lo que va a pasar. Y, sin embargo, nada de lo anterior menoscaba un ápice la película (al contrario), pues lo importante no es qué sucede sino cómo sucede: mediante imágenes que no podrían traducirse con palabras. Sólo por eso, ya es una película excepcional.

¿Qué imágenes?

RRR es visualmente explosiva, con una paleta de colores que a pesar de ser absolutamente excesiva está tan bien equilibrada que en ningún momento llega a saturar: da gusto mirar cada encuadre, cada traje y cada paisaje.

Los efectos pueden estar un peldaño o dos por debajo de la excelencia (aunque son buenos), pero las escenas de escenas de acción se salen de la escala. Son coreografías, de un nivel y precisión cercana al ballet, rodadas de una manera tan original, contundente y rompedora que, por contraste, la última de Matrix bien podría ser del pleistoceno. Por decirlo de alguna manera: imaginen que alguien diera esteroides a una de Zhang Yimou hasta que ésta acabara por romper el traje a lo Hulk. A la mierda las leyes de la física, a la mierda la historia y a tomar por culo los ingleses, aquí lo único que importa son las imágenes bárbaras, saturadas, violentas (rozando lo Gibson) y ultraestéticas con las que noquear a la audiencia. Son imágenes que no solo hacen inútiles las palabras, sino el propio pensamiento: solo hace falta mirar y escuchar. Más que una película, es una experiencia. Y sucede que si en las superproducciones estilo Disney las escenas de acción no suelen ser más que trámites entre dos puntos dramáticos, aquí, mediante una austeridad narrativa que hace parecer a Carpenter alambicado y un guion más simple que la piruleta (¿quién necesita giros cuando tiene escenas como esas?, ¿quién necesita personajes cuando tiene héroes?), es posible que no quieran ni parpadear.

Y solo por esa manera de mantener el control dentro del exceso, ya es una película excepcional.

Para colmo, en vez de empachar con números musicales, los dosifica a la perfección. Y, evidentemente, son soberbios. No solo encajan como un guante incluso en los momentos más improbables sino que alteran de raíz la naturaleza de los mismos: jamás unos latigazos fueron tan hermosos.

Curiosamente, desde nuestra óptica, su punto más excéntrico, es el hecho de que el motor de la película, en vez de la usual relación de amor, es una de amistad. Las mujeres quedan así no solo relegadas a un tercer plano, sino que además (con permiso del Imperio) una de ellas se constituye en la verdadera villana de la película… En efecto: esta película no solo no se ha hecho pensando en satisfacer ningún estándar de inclusividad. Al contrario: no me echaba a la cara una película tan racista… bueno, de hecho creo que esta es la peli más racista que he visto jamás. Y no exagero.

Por lo demás, nada más lejos de mis intenciones que defender a esa gente tan civilizada (y guapa) que vive en cierta isla. Pero vamos, que RRR, no conforme con exhibir un nacionalismo rancio, reescribir el pasado, hermanar a los indios mediante un enemigo al que odiar conjuntamente y pedir armas para todos ellos (la película desprende la misma fascinación por las armas que cualquiera de las de Bay), deshumaniza a los “blancos” del mismo modo que una película nazi podría hacerlo con los judíos. El hecho de que esto haya pasado casi desapercibido solo pone de manifiesto la intensidad de la reacción antioccidental… incluso dentro del propio occidente.

Total, ¿qué nos dieron los romanos?
Donald Rumsfeld
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