Haz click aquí para copiar la URL
España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
9
Documental Inspirado en el documental soviético "Kino-Nedelia" (1918) de Dziga Vertov, Ruttmann realizó en 1927, contando con los mejores fotógrafos alemanes de la época, un documental basado en la vida, durante un día, de la ciudad de Berlín. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2009
24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería casi un lugar común analizar este documental remitiéndonos a la vanguardia futurista y su inclinación por las grandes urbes. Por el progreso, el maquinismo y las masas populares.

Pero a mí me interesa “Sinfonía” por algo más que el documento sociológico o de coyuntura histórica o estética. Me resulta en consecuencia, también, una crónica que excede las formas aprehensibles del producto de técnica y montaje innovadores, etc etc. Por ahí su disfrute es indiscutible, pese a todo, excita lo racional, el anecdotario cinéfilo. Eso es innegable.

Sin embargo, el trabajo de Walter Ruttmannm –desde un punto de vista especulativo– ofrece un reflejo acerca del caudal de hombre cosificado que, cual insectos, se disparaba en Alemania (aunque no únicamente) cada vez más. Y en esto hemos de volver la mirada al Futurismo de nuevo, toda vez los fundadores de aquel movimiento acabaron dando un giro fascistoide. Desde esa perspectiva, el visionado de esta cinta genera preocupación, empatía con esos seres humanos de blanco y negro y desazón ante el germen holístico que supera el concreto apunte social hundiendo sus raíces en la instrumentalización de brazos, piernas y sueños (Homo Faber). Engranaje cíclico de masas sin rebelar, angostas en su condición de calendario e itinerario vital de urbanismo acrítico. Donde otros quisieron reflejar y hacer loa del dinamismo de la ciudad y su progreso, yo veo rodelas de metal, objetos totalizadores de lo inmediato y lo tangible con patas como lanzas.

No se trata sólo de plasmar fugazmente un momento o una época con puntual pretensión reportera, sino que me sugiere fuerza premonitoria y lirismo de vena crítica –lo vemos en el orden impuesto de los tranvías y las personas, en las prisas por cerrar un día–. Se despiertan reflexiones sobre cómo el mecanismo urbano, de civilizada tecnocracia, se nos impone a través de la adormidera de los años santificando el desencanto finalista, racional-teleológico… La ideología de la conclusión práctica. La emancipación humana queda fuera del proceso provocando nihilismos minusválidos como lógica forma de reacción. Al final, la ciudad es un enorme reloj donde los hombres se escabullen floreciendo brevemente en placeres enajenados. En pequeñas bagatelas luchan por aprovechar cualquier resquicio del día apurando famélicos la madrugada. Sin saber que son migajas, bailan y se tocan perpetuados en un bucle utilitarista que les impulsa hacia un movimiento reificado de artefactos y uniformes. Firmes en su conformismo manso de cama caliente y conciencia histórica varada, se miran. Pero no se ven.
Bloomsday
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow