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Voto de camargo rain:
9
Romance. Drama Viena, 1900. Stefan Brand, un famoso pianista, recibe una carta de una mujer con la que mantuvo, en el pasado, una relación amorosa que ya no recuerda. Lisa es para él una desconocida, alguien que ha pasado por su vida sin dejar huella. Y, sin embargo, ella sigue apasionadamente enamorada de aquel joven músico que conoció cuando era todavía una adolescente. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2009
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectáculo barroco donde los haya (aunque no sé si Ophüls estaría de acuerdo en esta apreciación, opino que esta película tiene mucho que ver con los místicos españoles del siglo XVI), y película filmada por completo en estudio, "Carta de una desconocida" es una de las obras cumbres del cine. Para ello su director no se mete en más honduras de las necesarias, y de la más sencilla manera nos lleva durante noventa minutos hasta un final insospechado, aunque absolutamente coherente con la exposición de los hechos. ¡Cuántas veces se ha hablado del amor en el cine...! (decenas de miles), pero lo que aquí se representa no tiene nada que ver con el común de las explicaciones. Sólo dos besos, atiendan bien, aparecen en escena, pero es que no es preciso mostrar lo consabido (lo obvio, recurso propio de tontos e incapaces mentales), sino tan sólo sugerir entre nubes lo que todos estamos pensando, y dejarlo allí flotar...

Técnicamente es una película perfecta, tanto por el desarrollo de la historia y la ensambladura de las secuencias (un genuino fluir), como por los medios técnicos empleados. La fotografía, majestuosa; los decorados, como si viviéramos en la época (el siglo XIX, y el director contó con un arquitecto que diseñó la casa –esas escaleras...– y rizó el rizo). De los actores nada malo se puede decir, y aunque en su momento se tachó de inexpresiva a Joan Fontaine, me parece que es uno de sus mejores papeles y se ajusta por completo a lo que esta clase de película exige; no se nos olvide que no es una película normal, sino algo fuera por completo de todas las estéticas al uso, entonces y ahora.

Que nadie busque acción, aventura, cielos brillantes y otras clases de fuegos de artificio, pues aquí sólo hay "cine" en estado puro; imágenes y basta. Sí, ¡qué difícil resulta describir el amor a secas!, sin más, y Max Ophüls sale airoso del empeño, y hasta qué punto... Por algo es uno de los grandes.
camargo rain
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