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Seychelles Seychelles · Coldwater
Voto de TPA:
8
Thriller. Cine negro Frontera entre Rusia, China y Corea del Norte. Acosado por las deudas, casi en la miseria, un hombre acepta un contrato para asesinar a alguien. Es su último recurso para cubrir las necesidades de su familia. Conoce pocas cosas sobre su víctima, pero nunca hubiera imaginado que acabaría siendo engullido por un engranaje criminal. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya algún tiempo que nos llega desde Asia un fuerte olor a sangre y sudor que invade progresivamente nuestras salas de cine, y aunque parece que aún no se ha manifestado con toda su magnificencia, da la sensación que lo puede hacer en cualquier momento. No hablo de terror a la japonesa ni de coreografías bollywoodienses, unos demasiado explotados y los otros demasiado poco. Hablo del cine negro surcoreano, tan negro y tan violento. Efectivamente, poco a poco traspasan el filtro intercontinental más obras de género provenientes de Seúl y cercanías que, como la pirotecnia china, fascinan por su explosividad. Si el año pasado se proyectaba en algunas salas Encontré al diablo, de Kim Ji-woon, manchando de hemoglobina hasta al más insensible y dejando sin respiración al más hiperventilado, este año llega a nuestros cines la enorme The Yellow Sea, una película que fríe los nervios del público con su sentido de la acción y su intensidad, incesantes hasta el último minuto de metraje, y que prueba de forma irrefutable la posición de Corea del Sur como una de las grandes potencias cinematográficas.

La historia empieza en una zona muerta, fronteriza entre Corea, China y Russia, en la que la tendencia migratoria es el pan de cada día. Los desplazamientos masivos hacia grandes ciudades chinas o coreanas acarrean indefectiblemente la generación de mafias locales, expertas explotadoras del fenómeno social. El protagonista, un taxista que malvive acosado por las deudas y la desazón en la interminable espera de noticias de su mujer, emigrada a Seúl, es contratado para asesinar a alguien a cambio de la posibilidad de cruzar la frontera y verse con ella… Si el planteamiento nos podría remitir a Scorsese, Mann o De Palma, su factura se encarga de desmarcarse de todos ellos revelándose con una voz propia portentosa, tan grave como rejuvenecedora de un género demasiado enclaustrado en nombres veteranos. Na Hong-jin, guionista y director, se crece en todo e insufla al film una fuerza y nervio insólitos que conforman en la obra dos facetas cuidadosamente construidas; la de un potentísimo producto de entretenimiento, y la de un arrebatador retrato social. Y es que la obra se destapa enseguida como una obra compacta, sólida tanto en los aspectos artísticos como técnicos y sobresaliente en su conjunción.

(Sigue en spoiler SIN SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TPA
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