En primer lugar, ella está muy, muy cambiada, ya no es la niña alocada que aparece en la primera parte (que me encantaba), sino que ahora es una especie de maníaco-depresiva que no sabe lo que quiere. En todo momento vemos a un Ethan Hawke enamoradísimo y totalmente prendado de ella mientras que Julie Delpy está más distante pronunciando un discurso tras otro con una desesperación a veces deseperante (valgame la redundancia). La película carece de vida... los diáologos son interesantes y profundísimos pero... simplemente le falta algo. El final es bueno, como el de la primera parte ... da rienda suelta a la imaginación del espectador. Sinceramente, me encantaría ver una 3ª parte donde su amor fracasara con el dia a dia y se encontraran con las dificultades de una convivencia.