El manga ha sido siempre un filón extrañamente despreciado por Hollywood. Cualquiera que lo conozca sabe que es inmenso en oferta y al menos un buen puñado de ellos serían perfectamenge adaptables al cine, logrando con seguridad un éxito en taquilla. Sin embargo hemos tenido que esperar décadas para que algunos productores se dieran cuenta de ello, y sin contar las poquísimas excepciones de pequeñas producciones, este Ghost in the Shell es el primer gran proyecto de Hollywood sobre un comic nipón. Desconozco qué pasa por las cabezas de los muchos críticos que estan infravalorando la cinta pero de seguro olvidan algo tan esencial como el tiempo. Masamune Shirow, el autor del original, es hoy entre los aficionados casi una leyenda, un autor de culto...pero no siempre fue tan valorado. Si bien entre sus obras podemos encontrar elementos comunes como chicas ligeras de ropa y futuros tecnológicos y decadentes, fue con Ghost in the Shell donde tal vez su lado metafísico y filosófico surgió con más fuerza dando paso a una historia original y rompedora en su momento. Su imaginación fue capaz de adelantarse varios años para vislumbrar un futuro que hoy no nos parece tan lejano y plantear dilemas cada vez menos fantásticos. Los pecados que podemos atribuir a esta película no nacen sino del respeto hacia aquella obra con casi treinta años, donde las adaptaciones al presente han sido mínimas. Puede que nos esten contando algo que ya no nos es tan nuevo pero se debe precisamente a que a pesar de que no lo supieramos, fue esta historia junto otras pocas, las que inspiraron ésas que sí nos resultan familiares y dábamos por originales. El resultado final es una película fiel al manga con una pérdida de esencia no mas grande que la de su adaptación anime de 1995. Casi cualquier fallo que podamos reprocharle debemos destacárselo también a su versión animada pues es practicamente un calco de aquella, con algunos planos y escenas incluso iguales. El trabajo visual es espectacular: los paisajes de una Tokio hiperdesarrollada, los diseños de los personajes, los tonos de color, las coreografias, los tiempos.... y por que no decirlo, el enorme acierto de acercarse lo máximo posible a la estética de la protagonista, enfundando a Scarlett Johansson en una falsa desnudez muy valiente en los tiempos que corren. La música es igualmente un homenaje a la banda sonora de su antecesora y la historia se mantiene interesante, pues frente a la accion siempre prima el espacio de reflexion sobre lo que estamos viendo. No creo que pueda hacerse más para prevenir las inevitables fugas de esencia por el cambio de medio, pero este Ghost in the Shell es un rayo de esperanza, una llamada de atención a los productores de que tal vez el manga es una opción más que viable para rescatar y filmar buenas historias, siempre que se cuenten, como hace esta película, desde el respeto a sus orígenes y el buen hacer.