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Voto de Esteban:
4
6,6
22.780
Terror. Fantástico
Cinco chicos van a pasar el fin de semana a una cabaña perdida en un espeso bosque en las montañas de Tennessee. Una vez instalados, y cuando se encuentran cenando, la trampilla que da acceso al sótano se abre de golpe. Extrañados, deciden bajar a investigar. Allí encuentran un magnetófono, un extraño cuchillo ritual y un libro antiquísimo. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2006
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película de una trilogía aclamada por el público más freak del género de terror (que ya es decir). En realidad se puede considerar un ensayo de la siguiente entrega, Terroríficamente Muertos, ya que cuenta prácticamente la misma historia pero con unos cuántos dólares más en el departamento de producción, a ver si así conseguían mejorar sustancialmente los efectos especiales para que no diese tanta risa.
Más allá de un par de sustos y situaciones absurdas, de esas que te dan ganas de rebobinar la cinta para cerciorarte de que tus sentidos no te jugaron una mala pasada, poco es lo que ofrece esta película. La historia es conocidísima por todos y todas. Cinco jovenzuelos pasan un fin de semana en una cabaña en el bosque. Una vez allí, el hallazgo fortuito de un libro de magia negra provocará que una fuerza maligna comience a poseerlos a todos transformándolos en zombies de risa floja. Anda que no ha habido películas antes, durante y después de esta que se han dedicado a dar vueltas y vueltas sobre argumentos similares, algunas con mayor fortuna que otras. Posesión Infernal es de las que no tuvieron mucha suerte a la hora de provocar miedo en el público, aunque siempre te puedes encontrar gente que asegure haberse sentido profundamente aterrorizada con estos graciosos zombies medio turulatos. También hay algunos por ahí que se asustaban viendo la Bruja Avería, vete tú a reírte ahora de las fobias de los demás.
El guión es bastante cutre, por no decir otra cosa, los personajes son de una profundidad psicológica tal que, en el caso de las chicas, al tener cierto parecido físico (las tres castañas de pelo rizado, si mal no recuerdo), se corre el riesgo de confundirlas constantemente. ¿Es qué no saben que en este tipo de películas el espectador acostumbra a diferenciar los personajes unos de otros por cosas tan determinantes como el color del cabello?
El talento de Raimi como cineasta todavía andaba un poco limitadillo, como deja bien a las claras siempre que tiene ocasión de hacerlo. Esto del cine de terror no se le daba demasiado bien, entendiendo por cine de terror algo que consiga darte miedo como espectador, aunque reveló un talento inusitado para la comedia hilarante.
Más allá de un par de sustos y situaciones absurdas, de esas que te dan ganas de rebobinar la cinta para cerciorarte de que tus sentidos no te jugaron una mala pasada, poco es lo que ofrece esta película. La historia es conocidísima por todos y todas. Cinco jovenzuelos pasan un fin de semana en una cabaña en el bosque. Una vez allí, el hallazgo fortuito de un libro de magia negra provocará que una fuerza maligna comience a poseerlos a todos transformándolos en zombies de risa floja. Anda que no ha habido películas antes, durante y después de esta que se han dedicado a dar vueltas y vueltas sobre argumentos similares, algunas con mayor fortuna que otras. Posesión Infernal es de las que no tuvieron mucha suerte a la hora de provocar miedo en el público, aunque siempre te puedes encontrar gente que asegure haberse sentido profundamente aterrorizada con estos graciosos zombies medio turulatos. También hay algunos por ahí que se asustaban viendo la Bruja Avería, vete tú a reírte ahora de las fobias de los demás.
El guión es bastante cutre, por no decir otra cosa, los personajes son de una profundidad psicológica tal que, en el caso de las chicas, al tener cierto parecido físico (las tres castañas de pelo rizado, si mal no recuerdo), se corre el riesgo de confundirlas constantemente. ¿Es qué no saben que en este tipo de películas el espectador acostumbra a diferenciar los personajes unos de otros por cosas tan determinantes como el color del cabello?
El talento de Raimi como cineasta todavía andaba un poco limitadillo, como deja bien a las claras siempre que tiene ocasión de hacerlo. Esto del cine de terror no se le daba demasiado bien, entendiendo por cine de terror algo que consiga darte miedo como espectador, aunque reveló un talento inusitado para la comedia hilarante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero lo mejor del filme, sin duda, son sus momentazos. De todos es sabido que en el cine de terror abundan las escenas de “¿pero adónde vas?”, “¡no abras esa puerta!”, “¡vamos, echa a correr ahora!” y demás expresiones estereotipadas. Posesión Infernal atesora, muy probablemente, los mejores momentos de ilógica y absurdez narrativa que se pueden ver en una película de miedo. Paso a enumerar los más destacados (o los que recuerdo, más bien):
- es de noche. Los protagonistas están dentro de la cabaña preparándose para ir a dormir cuando, mediante el sobadísimo recurso del plano subjetivo, Raimi trata de advertirnos de que “algo” está en el exterior de la casa espiando a los chicos a través de las ventanas. Una de ellas se da cuenta y, ni corta ni perezosa, no se le ocurre nada mejor que salir de la cabaña y adentrarse en los profundo del bosque, más oscuro que la boca del lobo y con una ventolera que te mueres, al grito de “¿quién anda ahí?”. Evidentemente la cosa mala no tardará en perseguirla a través de los árboles.
- tras ver como una de sus amigas es poseída por un espíritu que la transforma en un demonio muy feo (si me pusiese quisquilloso diría que mal maquillado, pero hoy tengo el día bueno) y, a golpes, es encerrada en el sótano de la cabaña, otra de las protagonistas, que por lo visto estaba cansada, decide irse a dormir un rato a la habitación contigua. Supongo que eso de las posesiones demoníacas sería algo que la muchacha ya tenía muy superado desde hacía tiempo.
- uno de los demonios se abalanza sobre uno de los chicos, que forcejea con él en pos de evitar que le clave un lápiz (o algo así). De fondo, se puede observar a su amigo contemplando impertérrito la escena, como si la cosa le resbalase completamente.
- uno de los protagonistas entra en la habitación en la que duerme la chica (ya sabéis, la de “demonios a mí, ¡buah!”) y se encuentra la ventana abierta y ni rastro de la muchacha. En vez de dar la voz de alarma, se pone a buscarla en completo silencio con cara de pasmado.
- es de noche. Los protagonistas están dentro de la cabaña preparándose para ir a dormir cuando, mediante el sobadísimo recurso del plano subjetivo, Raimi trata de advertirnos de que “algo” está en el exterior de la casa espiando a los chicos a través de las ventanas. Una de ellas se da cuenta y, ni corta ni perezosa, no se le ocurre nada mejor que salir de la cabaña y adentrarse en los profundo del bosque, más oscuro que la boca del lobo y con una ventolera que te mueres, al grito de “¿quién anda ahí?”. Evidentemente la cosa mala no tardará en perseguirla a través de los árboles.
- tras ver como una de sus amigas es poseída por un espíritu que la transforma en un demonio muy feo (si me pusiese quisquilloso diría que mal maquillado, pero hoy tengo el día bueno) y, a golpes, es encerrada en el sótano de la cabaña, otra de las protagonistas, que por lo visto estaba cansada, decide irse a dormir un rato a la habitación contigua. Supongo que eso de las posesiones demoníacas sería algo que la muchacha ya tenía muy superado desde hacía tiempo.
- uno de los demonios se abalanza sobre uno de los chicos, que forcejea con él en pos de evitar que le clave un lápiz (o algo así). De fondo, se puede observar a su amigo contemplando impertérrito la escena, como si la cosa le resbalase completamente.
- uno de los protagonistas entra en la habitación en la que duerme la chica (ya sabéis, la de “demonios a mí, ¡buah!”) y se encuentra la ventana abierta y ni rastro de la muchacha. En vez de dar la voz de alarma, se pone a buscarla en completo silencio con cara de pasmado.