Park Chan-wook dirige su primera película en territorio norteamericano, con guión de Wentworth Miller (protagonista de Prison Break).
Muchas dudas son las que me entraron al ver que dejaba de rodar en su país, de si conseguiría mantener su calidad en la dirección, y si se podría adaptar su estilo tan asiático y apabullante en Hollywood, y la respuesta es sí, sí se puede.
Cierto es, que llevar a las espaldas una obra maestra como "Oldboy" (2004) y otras grandes películas como "Joint security Área" (2000) y "Sympathy for Mr vengance" (2002), puede ser un problema a la hora de ser objetivo con su nueva película, "Stoker".
Stoker cuenta la historia de una adolescente, (interpretada con maestría por Mia Wasikowska) en los momentos previos a su madurez, y la reciente e ineseprada muerte de su padre, con esta premisa comienza la película.
Con esa y con la inesperada llegada de su tío (Matthew Goode), que se quedará a vivir con ella y con su madre (Nicole Kidman), un hombre que siente una fijación un tanto extraña por su sobrina y que oculta secretos oscuros.
Gracias a la dirección sublime de Park nos atrapa en la historia y ya no nos suelta, y ahí es cuando te empieza a sorprender con unos giros argumentales y unos momentos bastante sangrientos y enfermizos, que recuerdan mucho a sus anteriores films.
Con una puesta en escena extraña que recuerda a películas de época, pero a la que le añade toques de thriller de terror contemporáneo, realmente consigue una película única, diferente.
Mención especial para la música de Clint Mansell que sigue con su habitual calidad a la que nos tiene acostumbrados.
Quizá lo menos destacable sea Nicole Kidman, que está correcta haciendo el papel de la madre, pero no está a la altura de las geniales interpretaciones de sus compañeros de reparto.
Resumiendo, muy recomendable para fans del director y gente amante del cine, pero quizá si alguien espera algo más "comercial", quizá le aburra, a mi no, me apasiona. Se mete en tu cabeza y ya no sale. Gran película.