Enésima adaptación de héroe de comic a las pantallas, esta vez de la mano de Kenneth Branagh, a priori un director poco indicado para estos menesteres.

Branagh, de siempre obsesionado con el universo shakespeareano, consigue llevar a Thor a su terreno, ahondando con brillantez en los conflictos paterno filiales de la historia, justificando con creces el haberse hecho cargo del proyecto. Es lo más cerca, tanto geográfica como argumentalmente hablando que puede dejarla de Hamlet, su obra predilecta del literato inglés.

Técnicamente muy bien rodada, es sin duda otro punto a favor, resulta espectacular desde cierta sencillez formal, todo ello sin renunciar a la épica, los mejores momentos los encontramos en Asgard, resintiendose mucho el film en la parte del destierro en nuestro planeta.

También se echa en falta un Thor de facciones mas duras, Hemsworth da la talla física y esta correcto, pero su rostro es demasiado angelical para el personaje.
La sorpresa interpretativa la pone un contenido Anthony Hopkins como Odin, cuando este actor deja su histrionismo en casa es de los mejores.

Concluyendo el resultado es satisfactorio, bordea el ridículo con cierta hablidad y sabe entretener, además su factura es notable.
Para este tipo de adaptaciones y lo que solemos estar acostumbrados, resulta más que suficiente.