Lo de Michael Keaton como Batman es digno de ser recordado, mira que el pobre se esfuerza, pero Tim Burton no le deja opción, esta demasiado pendiente de los secundarios, en el fondo tiene sentido, en un film tan oscuro de la mente retorcida de este creador solo puede dejar protagonismo a los villanos.

Si Jack Nicholson era protagonista absoluto de la primera entrega, en esta ocasión Burton se la regala a un DeVito espectacular, en el papel de su vida y a una sosa Michelle Pfeiffer, la única concesión a Keaton es que por fin sale el primero en los titulos iniciales, menos da una piedra.

Dicho todo esto, el film no satisfará a los fanáticos del hombre murcielago, es demasiado personal y disparatada, lo convencional de la original se pierde en esta secuela, Burton dilapida su crédito con la Warner (la tercera ya se fue a manos del inepto de Joel Schumacher) pero al menos es más fiel a su estilo, discutible o no, para mi es salvable por su perturbador tono gótico, sello inconfundible de la casa.

A tener en cuenta la BSO de Danny Elfman, aún mejor si cabe, los arreglos para esta secuela la enriquecen sobre manera.

Película interesante, un puntito por encima de lo que se suele hacer ahora, con tanta peli de superhéroe pululando por ahi y agotando nuestra bendita paciencia.