Burman crece en muchos sentidos, eso se demuestra claramente en esta película. Crece como crecemos todos, y su mundo se vuelve mas rico, con mas matices . Crece como director, porque se anima a arriesgarse en muchos sentidos: deja sus actores fetiches (Hendler participa pero sólo en el guión), suma actores con mucho peso y cartel (Roth y Martínez), deja la narración lineal para filmar una historia (aparentemente) mas inconexa, incorpora escenas llamativamente musicales.. Apuesta fuerte, y en general le va muy bien. Esta película particularmente a mí no me gustó mas que "El abrazo partido" por ejemplo. Pero reconozco que en ésta ha tomado mas riesgos, y eso es lo que se pretende de un cineasta joven pero ya prestigioso: que no se duerma en los laureles. Me alegró muchísimo que Oscar Martínez al fin tenga un papel y una exposición internacional acorde a su enorme talento, lamentablemente casi siempre circunscripto a su tierra. Una alegría mas: qué hallazgo el de Eugenia Capizzano!!