Este es un film que muestra a la perfección las horribles emociones que puede sentir cualquier persona que se transforme en un licántropo.
Con un buen ritmo, un guion bien escrito y unos escenarios adecuados, John Landis nos ofrece una producción entretenida y bien realizada.
Hay momentos de terror y otros de comedia negra. Todos ellos resultan idóneos y están ejecutados con una maestría digna de mención.
Después de ver como su amigo es devorado, el protagonista es trasladado a un hospital de Londres. Allí, una vez recuperado, empieza a ver a su difunto amigo, que le avisa de lo que pronto le ocurrirá. Cuando sale la luna llena su aspecto cambia y se vuelve un feroz hombre lobo que causará algunas muertes durante la noche en la capital inglesa. La transformación es para muchos lo mejor por su impecable factura técnica. Sin embargo, yo destaco más la lucha del personaje principal, esa lucha interior por no querer hacer daño a nadie e intentar quitarse la vida. No debe ser nada fácil tomar esa decisión tan radical, pero en el fondo sabes que no tienes otra opción. Podrían encerrarte en una prisión, pero nadie te toma en serio. La soledad por no poder acercarte a nadie para no poner ninguna vida en peligro. Sabes que no hay vuelta atrás.
Esta situación lleva a la reflexión más personal y complicada que puede hacer cualquiera. No es que hayan matado a tu amigo o que hayas estado a punto de morir. Todo es muchísimo peor. Te conviertes en un ser monstruoso y sanguinario que mata todo lo que se le ponga delante. Y, además, aquellos a los que has matado te atormentan día y noche porque tú eres el responsable de que ellos estén allí.
Eso es la licantropía, ese terror interno que te atrapa mientras hace de tu existencia una verdadera pesadilla de la que no puedes despertar. Un nivel de estrés psicológico insuperable. Un auténtico drama.
Para mí, no es la mejor película de su (sub)género (...Dog Soldiers), pero, por supuesto, la recomiendo para todos aquellos que seáis amantes de los hombres lobo.
Las pesadillas de David son escalofriantes y un detalle sumamente acertado. El amor con la enfermera es predecible, pero tiene su justificación debido a que se trata de algo que le añade aún más dramatismo al relato. La parte más intensa es cuando los amigos están siendo acechados en los páramos mientras escuchan los aullidos de la bestia que se les acerca.