Últimamente hablo bastante de Denzel Washington. Y es que este hombre ha hecho unas cuantas películas que son bien entretenidas. En este caso, nos hallamos ante un thriller que hace más que entretener. El fuego de la venganza ofrece una historia real que logra ser más que interesante. Se nota la mano de Tony Scott, ya que a lo largo del visionado no paran de verse planos del estilo de la cámara frenética. Un recurso muy del director, y lo cierto es que le da un enfoque único y particular que funciona muy bien, las cosas como son. La cinta muestra la enorme corrupción que hay en la Ciudad de México, y la gran cantidad de secuestros que allí se producen. Debido a esto, un rico del lugar decide contratar a Creasy, un exagente de la CIA para ser el guardaespaldas de su hija, una chica simpática y sociable que busca hacerse amiga de su protector. En un principio, Creasy se ciñe a su trabajo y se comporta de forma fría y distante, pero conforme pasa el tiempo, se hace amigo de la pequeña a la que trata de proteger. Resulta curioso que John, que estaba tan amargado que únicamente tenía en mente la bebida y el suicidio, cambie de una manera tan radical gracias a Pita y encuentre en esta la razón para vivir que no tenía antes de conocerla. La primera mitad de la película se centra en el vínculo que se crea entre ambos, y a mi juicio es mejor que la segunda. En la segunda ya tenemos un thriller de toda la vida con Denzel castigando a los malos de turno, lo cual nunca está de más, aunque me esperaba más cadáveres y algún que otro tiroteo. Aún así, las muertes son satisfactorias y vemos a un Denzel muy metido en su papel de héroe de acción implacable y vengativo. Otra que está brillante es Dakota Fanning, que a pesar de su corta edad, no puede estar mejor. La música es similar a la de Gladiator y aporta drama y emotividad en las secuencias más épicas. Opino que este es un buen thriller cuyo argumento peca de acabar siendo un poco enrevesado. Si te gusta su actor protagonista, no dudo que será de tu agrado.