Osmosis Jones es más de lo que aparenta. Por fuera da la impresión de ser un metraje animado únicamente disfrutable para niños, pero al verlo te percatas de lo contrario. La cinta tiene un más que correcto equilibrio entre la trama en acción real y la de animación, ambas estrechamente relacionadas. La primera con un tono cómico y repugnante, mientras la segunda representa un relato policíaco de lo más educativo. La historia se centra específicamente en la salud del cuerpo de Frank Detorri, un tipo que no se cuida absolutamente nada. Bill Murray consigue asquearnos con su pésima alimentación y nula higiene, en resumen, se trata de un puerco que nos muestra lo que no debemos hacer si queremos cuidarnos. Aunque parezca que en ocasiones el film recurre al humor absurdo, lo cierto es que en este caso no se puede denominar así porque tiene su explicación. Esta no es la primera vez que vemos a Murray en un film de estas características, acordaos de Space Jam. La parte animada sirve como crítica a la sociedad, pues comprobamos de manera clara cómo funciona esta en un organismo siendo una parodia de la vida misma. Esta película no será una maravilla, pero desde luego la encuentro divertida y eficaz.