Este elegante film nos lleva a la década del cincuenta, más precisamente a los estudios donde se realizaba un programa de preguntas y respuestas que era un fenómeno de audiencia.
Nuevamente, Robert Redford nos da con un estilo sopfisticado un film impecable e irrreprochable en muchas cosas, que demuestra su talento y su singular mirada.
Aqui nos dá un retrato sobre la corrupción en la tv, sobre el papel de los medios, sobre el valor de la sabiduría en el hombre y ante todo de los fenómenos sociales, que sin dudas distan de ser perfectos.
Con una dirección de arte muy buena y un guión que sabe enhebrar con mucho estilo las situaciones dramáticas del film.
Con personajes muy logrados como el de Ralph Fiennes, el sensacional John Turturro, el excelente Paul Scofield y los siempre eficientes David Paymer y Hank A azaria. A Redford se le reprocha una cierta frialdad en algunas pasajes y simplificación en otros.
Pero no por eso descuida al film, que resulta sumamente entretenido y llevadero