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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Wiispr:
7
Intriga. Drama En una Cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, en donde se definen las estrategias y alianzas geopolíticas de la región, Hernán Blanco (Ricardo Darín), el presidente argentino, vive un drama político y familiar que le hará enfrentarse a sus propios demonios. Deberá tomar dos decisiones que podrían cambiar el curso de su vida en el orden público y privado: por un lado, una complicada situación emocional con su hija, y por otro, ... [+]
9 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La Cordillera” es un Thriller político contundente pero a la vez poco complaciente con el espectador, al que le exige de principio a fin y un poco más alla, el ejercicio mental de unir el rompecabezas que se construye a lo largo de esta película.

Una historia sencilla que con el correr de los minutos y la aparición de diversas tramas asume una complejidad que enriquece de sobremanera el relato. Por un lado, la principal que se rige por una cumbre internacional en Chile para discutir un nuevo plan energético en la región. Por el otro, la que involucra a la hija del protagonista (Ricardo Darín encarnando a Hernán Blanco, como el presidente argentino) y un pasado que vino a ajustar cuentas con el presente.

Ricardo Darín está muy bien, pero brilla aún más cuando se mezcla con los demás personajes que se complementan a la perfección y a la vez tienen luz propia. La escena inicial utilizando la “pluma” y la “voz” de los medios para definir al personaje y su situación actual, nos da un panorama clave para el entendimiento de lo que está en juego en esta cumbre y las motivaciones que tienen los distintos personajes. Hernán Blanco parece ser un personaje tan puro como su apellido, pero a medida que transcurren los minutos se nos vuelve lo suficientemente enigmático como para darnos cuenta que no es lo que aparenta ser, no solamente frente a la exposición pública sino también entre sus colegas.

Esto lo podemos ver a través del personaje que encarna Erica Rivas, su mano derecha, quién al principio parece conocerlo más de lo que se conoce él mismo y hacia el final padece el mismo desconcierto que el espectador. Se complementa muy bien esta transformación con su forma de vestir: al principio viste sumamente formal y estructurada, como quién tiene hasta el mínimo detalle bajo control. Al final lo hace de una forma más casual y ligeramente desarreglada, otorgándole esa perdida del orden que tenía en relación a su labor como la “secretaria” del presidente.
Otro personaje que lo acompaña es el de Gerardo Romano, quién responde a las expectativas que uno puede llegar a tener acerca de un Jefe de Gabinete. Al igual que Erica Rivas, le está encima al presidente pero de una forma distinta: no está ahí para recordarle lo que se le olvida sino para aconsejarlo en la toma de decisiones. Consigue manipularlo a su manera en gran parte la película, e incluso llegamos a pensar que es él quien va a tomar las determinaciones que no se atreve el protagonista, pero no es así. A partir del encuentro de Darín con el representante Estadounidense, magistralmente interpretado por Christian Slater, se nos muestra como su poder sobre él se desvanece completamente. Esto nos lleva a preguntar si alguna vez lo tuvo o simplemente el presidente se lo hizo creer mientras le fuera funcional.

En otro lugar también está su hija Marina (interpretada por Dolores Fonzi), con quién se desarrolla un vínculo algo perverso, donde no sabemos con certeza si las consecuencias del desorden psicológico que ella tiene son ciertas, o él lo utiliza para manejar la verdad a su gusto. Verdad, mentira y especulación son las armas que ejecutan el destino de nuestros personajes. Un juego sumamente estrategico no solo en el ámbito público y político, sino en el privado y familiar. Entre él y su equipo, los demás representantes y su propia familia. Esta división que busca establecer, lo convierte en su propia cordillera. Esa que separa su intimidad y sus secretos de los demás.

La intervención por partida doble de una periodista española, le saca aún más jugo al personaje de Darín. Durante la segunda parte de la entrevista en donde le pregunta acerca del bien y el mal, da lugar a una anécdota por parte del presidente argentino altamente metafórica, a diferencia de su par brasileño, que dice odiarlas en una entrevista con la misma periodista. Esta diferencia que trazan desde algo tan simple, de alguna forma sirve para entender lo distintos que son estos 2 personajes, a pesar de que en gran parte de la película se insinua ubicarlos del mismo lado.

Esta anécdota en cuestión, habla acerca de su primer encuentro con los conceptos del diablo y el infierno a partir de un sueño que tuvo, que se conecta magistralmente con el momento previo a su encuentro con el representante Estadounidense que fue enviado hasta Chile para interceder en este plan que se está desarrollando. “Nadie llega hasta acá sin haber visto el mal un par de veces al menos” y “Me lo he vuelto a encontrar algunas veces” referido a ese diablo con el que soñó, recita Darín interpelando directamente al espectador, anticipandole lo que se avecina y dotando de un nuevo significado al encuentro clandestino que va a realizar. Pero no solo a partir de lo que dice y simboliza se hace alusión a su encuentro con el “diablo”, sino también a partir del espacio, otro personaje fundamental de la historia. Toda esta cumbre transcurre literalmente entre las que conforman la cordillera y los 4000 mts no son más que una alegoría del poder de quienes asisten a esta cumbre, a los cuales su condición de clase los ubica “más cerca del cielo”, sumado a los asuntos de “alta” importancia que ponen en discusión.

Sigo en la zona spoiler que llegué al límite de caracteres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wiispr
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