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Voto de Cascayu:
9
Thriller Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
10 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Os habéis divertido? ¿Os habéis divertido? ¿No habéis venido a eso? - Máximo Décimo Meridio

Dice la teoría que el objetivo que Sam Peckinpah buscaba alcanzar con la violencia de sus películas era lograr una catarsis en el público, someter al espectador a una sobredosis de crueldades que causara tal repulsión que le hiciera rechazar esta lacra tan humana. Que en la práctica alcanzara este propósito tan loable ya es otra cosa, personalmente yo creo que no lo logró del todo, no al menos de una forma tan genialmente clara como lo ha logrado aquí Haneke.

A pesar de carecer de escenas realmente gore, “Funny Games” es, a su manera, muy desagradable y ultraviolenta. Y no le queda otra. Llevamos viendo películas del mismo palo desde que medíamos tres palmos. A las cuatro de la tarde los thriller de serie B de Antena 3; secuestros, asesinatos y violaciones de sobremesa. A las diez, Steven Seagal, Chuache y compañía sembrando muerte y destrucción. Violencia light en su mayoría, pero violencia al fin y al cabo, el cine ha tenido un protagonismo clave a la hora de suministrarnos desde nuestra infancia nuestra ración diaria de esta y a estas alturas estamos tan inmunizados que hay que apretarnos bien las tuercas para asquearnos.

Pero no seamos caraduras, nuestras pantallas están llenas de violencia porque nosotros la demandamos. La disfrutamos, la buscamos. Queremos otra entrega de “Saw”, queremos ver “Mil manera de morir” y las broncas de los realities. Así que cuando nos enteramos de qué va “Funny Games” el cuento nos atrae y nos lanzamos a ella esperando que Haneke cumpla su función y sacie adecuadamente nuestros apetito morboso. Y, en su infinita generosidad, el austríaco se saca para ello de la manga a Paul y Peter. Aunque no vayan de esmoquin, estos dos cabrónidos van a ser los perfectos maestros de ceremonias de este espectáculo que venimos a ver extasiados atraídos por su macabra premisa de inicio. Hasta uno es flaco y el otro gordo, como tantos dúos cómicos. Mejor aún, son dos magos preparados para satisfacer a su público con su abanico de trucos, de juegos, que primero explican ante la expectación general y luego ejecutan: El gatito en la bolsa, La esposa enamorada… Al principio todo parece ir al gusto del espectador, que se relame y divierte con el asunto de los huevos y las primeras dosis de crueldad, pero el crescendo no se detiene y, más tarde o más temprano, la cota de lo para él aceptable se rebasa y ya solo desea bajar de esta montaña rusa que le está revolviendo el estómago. Catarsis conseguida, a la vez que la interacción de Paul con el auditorio deja a este bien claro su condición de cómplice, de verdadero causante de esta orgía de brutalidad al demandar al mercado este tipo de productos. Sencillamente genial.

Habrá aun así una parte del público que no comprenda el film, o no lo quiera comprender, y se limite a acusar a Haneke de ser un enfermo y haberse pasado de la raya. Culpa tuya Paul, esto te pasa por ser demasiado educado. Cuando uno dice las cosas de una forma demasiado educada a veces no logra que se le entienda bien. “Mira, Gordo” deberías haber dicho “como se ponen todos de parte de ellos. Menudos hipócritas. ¿Qué clase de película hubiera sido esta sino llegamos a aparecer nosotros? Paseos en barco, preparar la cena con óperas de fondo. A la media hora ya se habrían dormido y habrían vuelto a casa diciendo que menudo bodrio. Nosotros nos limitamos a darles lo que quieren, lo que han venido a ver, y ponemos todo nuestro empeño en ofrecérselo con la máxima calidad. Y aun así sienten asco por nosotros, desprecian al verdugo pero no se cuestionan quién es el que pide estas cabezas. Si hasta podíamos haber despachado esto a la media hora, pero aquí estamos, alargándolo lo más que podemos para que esto sea un largometraje y no piensen que les han estafado haciéndoles pagar una entrada de cine. Manda huevos.”
Cascayu
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