Nota: 9/10

Lo que transmite visualmente es magnético, los planos son perfectos; en muchos momentos recuerda a las obras realizas por Sorrentino. La fotografía viene acompañada de un magnifico juego cromático; son 120 minutos en los que el director cuenta la historia a traves de las imágenes y no del guion: Un 10 para la dirección.

Si en “La Piel que habito”, Almodóvar construyo una historia en torno al genero y narrada por las secuencias sin guion y con la banda sonora de fondo; Guadagnino hace lo mismo en su construcción del deseo, no es una historia de amor corriente, el director nos muestra la tensión sexual que se va creando entre estos dos personales a traves de sus comportamientos y sus introspecciones. Esto funciona a la perfección gracias a unos magníficos Chalamet y Hammer. En el caso del primero podemos estar ante uno de los descubrimientos de la decada.

El resto del reparto ayuda al propio desarrollo sexual de los personajes. Desde un Stuhlbarg que se marca un discurso final maravilloso, que además utiliza el propio director para mandar una conclusion final sobre la sexualidad; hasta Garrel, su personaje conecta enseguida con el espectador por su carisma.

Conclusión: Es preciosa y seguramente estará en el TOP de la decada. Esperemos que Guadagnino se sume a Sorrentino, Almodóvar y Lanthimos en la vanguardia del cine europeo.