Es muy difícil no perderse entre la gran cantidad de información que ofrece este documental. Aun así merece la pena verlo por:
Descubrir muchos rincones ocultos del Tibet.
Desmitificar la cultura budista-tibetana. Pienso que se le tiene una admiración excesiva y este documental te la muestra tal y como es; plagada de ritos y creencias mitológicas entre las que es imposible ver pensamiento filosófico.
Conocer las barbaridades que hizo China en su “revolución cultural”. Los mitos se destruyen con la razón, no con las armas. Por mi parte “Free Tibet!”. Que los tibetanos piensen y vivan como quieren...

Mención especial para la narración del documental (Rafael Taibo). Me encanta como pronuncia “Yak”, “Potala”, “Tibet”, “Heinrich Harrer” y “Alexandra David Neel”.