Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Voto de Nuño:
8
Ciencia ficción. Intriga Un científico es enviado a la estación espacial de un remoto planeta cubierto de agua para investigar la misteriosa muerte de un médico. Adaptación del clásico de ciencia-ficción del escritor polaco Stanislaw Lem. (FILMAFFINITY)
25 de julio de 2014
32 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Toda la ciencia de esta tierra no me dará nada que pueda asegurarme que este mundo es mío (...) Reconozco entonces que habéis ido a parar a la poesía: no conoceré nunca.".

'Solaris' me remite a esta breve, pero profundísima, enunciación que escribiera Camus en "El mito de Sísifo". Existe en 'Solaris' esa brecha insondable entre la duda metafísica, eternamente irresoluble, y el meteórico progreso científico, que plantea y soluciona problemas funcionales constantemente, que pone al hombre en el espacio y responde las preguntas que la biología, la física o la química, por citar tres materias diferentes, plantean. El hombre, en la Tierra o en la lejanía del espacio, siempre será hombre, y no logrará trascender este simple, pero determinante, hecho.

Tarkovsky se crispó, y no sin motivo, cuando denominaron 'Solaris' la "2001 soviética". Mientras que en la de Kubrick hay un notable regodeo estético (configuración geométrica del espacio, cadencia melódica, exceso musical, experimentación visual...) y una visión exterior de la naturaleza humana (génesis y clausura de la especie, delimitación de la existencia del ser humano), en la soviética predomina el intimismo y la subjetividad emocional. No son, a mi modo de ver, películas excluyentes; se complementan bien y ambas invitan a fructíferas lecturas, si bien en la de Kubrick se puede suponer mayor libertad y comodidad creativa, en contraste con la machacada y esforzada carrera de Andrei, a menudo constreñido por fuerzas políticas.

'Solaris' podría ser el ejemplo cinematográfico perfecto de aquello que escribió Pessoa a propósito del viaje: "¿Qué puede darme la China que mi alma no me haya dado ya? Y si mi alma no me lo ha dado, ¿cómo me lo dará la China, si es a través de mi alma como la veré?". Si soy triste, y viajo al espacio, la tristeza viajará conmigo. Mis demonios me acompañarán; y si conozco a los neutrinos, me atacarán a través de viejos fantasmas, los de siempre. Ni con todos los adelantos tecnológicos del mundo podré escapar de mi naturaleza, del mismo modo que los hombres, de distintas épocas y culturas, hemos sido subyugados por las mismas pasiones universales, inherentes a nuestra condición, que se repiten y repetirán hasta que la especie, como en la cinta de Kubrick, dé su último coletazo.

Gracias.
Nuño
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow